PÁTZCUARO, Mich., 25 de enero de 2016.- Una emoción indescriptible, un júbilo desbordado y una alegría única invaden a don Agustín Chávez López y a su familia ante la cercanía de la próxima visita del Papa Francisco a Morelia, pues es en su negocio de madera donde se fabrican los muebles que el Santo Padre utilizará en la misa que se oficiará en el Estadio Venustiano Carranza.
Su mirada es de felicidad y esta se contagia a cada uno de los trabajadores del establecimiento denominado Made Muebles, espacio donde desde hace casi dos meses se labran fragmentos de madera para dar vida a creaciones únicas para un invitado más que especial y que este fin de semana quedarán listos.
Grandes trozos de cedro rojo provenientes de Oaxaca son la materia prima empleada por cerca de 40 personas que, con fe y felicidad, laboran en el taller de don Agustín para cumplir con tan importante encomienda y mostrar al mundo el talento con que cuentan los michoacanos, y en este caso, los madereros de Pátzcuaro.
Su relación con el párroco de la comunidad, el padre Carmelo, lo favoreció para que fuera su equipo el encargado de fabricar estos muebles, pues con 29 años de experiencia y siendo la empresa más importante de la región, sabían que esta solicitud la podría efectuar sin problema.
“Tengo la satisfacción de ser amigo de un señor cura muy especial, el padre Carmelo, de aquí del Santuario de Guadalupe, es un hombre muy especial, muy dinámico, muy trabajador, y con mucha creatividad; me dijo ‘¿qué tal si te comprometes a fabricar los muebles para la visita del Papa’, y con mucho gusto”.
De la mano de un equipo comprometido y emocionado con este encargo, avanza el proceso para dar forma a cada una de las piezas que finalmente entregarán este fin de semana; después de que llegan los grandes bloques de madera, estos pasan al área de corte de pequeños trozos para después unirlas.
Piezas cargadas de amor
Desde finales de noviembre de 2015 los artesanos madereros de Made Madera se enfocaron en la elaboración de las piezas fundamentales para oficiar la misa del Papa Francisco, que integran el altar, que es una mesa principal, el ambón, y por supuesto, la silla.
Los últimos detalles a las piezas se dan en el taller y don Agustín Chávez López manifestó que esto es sin duda una muestra de orgullo para quienes laboran con él, pues cada uno ha deposito especial esmero a estas tareas.
Así, trabajan afinando las imágenes talladas en la madera meticulosamente, cada ornamento que integrará la mesa, la silla y el ambón.
En esta última se encuentran colocando las partes que sellarán la pieza; aún falta colocar un par de columnas al frente que darán un toque de elegancia y fuerza al ambón, después de un proceso de lijado y colocación de varias capas de barniz.
A la mesa principal, que pesa más de 300 kilogramos, se le colocaban las cubiertas en los marcos de la misma, que integrarán la vista principal, y que en la parte inferior llevará cuatro columnas con diseño similar a las que lleva el ambón; todo, enfatizó don Agustín, en madera sólida y 100 por ciento natural.
Respecto a la silla, aún falta que le coloquen el entapizado, mismo que será en color blanco: “Tenemos ya lista la piel que va a ser usada llevar este sillón, en el asiento, en la parte del respaldo, en la parte de los brazos, todo estará en piel color blanco”.
Añora regalo a su mamá
Ahora que está por concluir los muebles, otra persona que también está expectante de la visita del Papa es la madre de don Agustín; una mujer fervientemente católica y para quien su hijo espera la oportunidad para que su madre viaje a Morelia y pueda conocerlo.
Con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos, indicó que solicitó al párroco de Pátzcuaro que, de ser posible, le otorgara unos boletos para que su madre pueda vivir de cerca la visita, aunque con la elaboración de los muebles ya se dicen bendecidos.
Esperan que el Papa se lleve los muebles
Sobre el destino que tendrán los muebles, una vez que pasen los eventos papales, indicó que de acuerdo con lo informado por el párroco de Pátzcuaro, estos serían donados y entregados posteriormente al Santuario de la Virgen de Guadalupe, para que se queden como parte del inmobiliario, o a la Basílica de Nuestra Señora de la Salud.
Pese a ello, espera y desea que el Papa decida llevarlos a Roma, al Vaticano, para que tenga una parte de Michoacán en estas piezas.
“Nos llena de satisfacción, de orgullo, el que a través de eta obra se está dando cuenta la gente de que en Michoacán hay oficios que nos enorgullecen y los invito a todos a pensar más o menos que independientemente del valor económico que les voy a regalar con muchísimo gusto, darlo de todo corazón”, señaló jubiloso.