Proyecto secreto

¿AMOR O ARMAS?

Las guerras no se ganan con armas, sino con amor, como Cristo que oró por sus verdugos: perdónales porque no saben lo que hacen”-Vista PanorámicaComo en la noche más negra de la historia, en los tiempos de barbarie o del dominio de los vándalos y demás hordas salvajes, los hombres de hoy hacen la guerra.El presidente y sus colaboradores cercanos que tienen como misión unir a los mexicanos y promover la paz tienen un discurso lleno de odio, injusticia, descalificación, discordia, polarizan, crean división entre los ciudadanos.

No entienden el problema de la violencia. Ponen de gobernador una muchacha por reivindicar a un político descalificado y el Estado de Guerrero está en efervescencia. Hay una matanza de trece personas y la dinámica va a continuar porque los gobiernos no hacen nada y los asesinos siguen vertiendo sangre mañana y pasado. En el Valle de Apatzingán dejan que corra la violencia.

Hay guerras a gran escala, absurdas, incomprensibles. Últimamente, es la invasión perversa de Ucrania por parte de un tirano loco, prepotente, no piensa ni tiene normas y se deja llevar por sus pulsiones de muerte, el Putin. El criminal que ha mandado matar a tantos inocentes por su pulsión de poder, no tiene cara para hacer declaraciones en público, tiene tanta injusticia y sangre y dolor que debiera tener dignidad…Después es el ataque amasado con odio, ira.

Pero desprovisto de cálculo, la agresión de Hamas o un pueblo irascible, vengativo y despiadado, el pueblo judío. El conflicto entre ambos tienen mucho tiempo, es profundo, está en juego la patria, el territorio, base de una vida libre, digna en una tierra propia.

Hay muchos intereses judíos en el mundo, van a sufrir los atentados, la inseguridad y la muerte porque los palestinos, de sangre árabe son incontables en todo el mundo.

Hay otros focos de violencia, de luchas entre seres humanos, finalmente siempre fratricidas. Es muy dolorosa la situación de conflictos, tan primitivos y cerradas de los pueblos africanos: luchas por el poder, golpes de estado, guerras civiles. Me invitaban a trabajar en Chad que estaba en guerra civil que duró décadas. la situación está frágil y hace temer. Son numerosos los pueblos con inestabilidad social, recientemente ha habido golpes de estado, hay guerra civil y los gobiernos constituidos son tan frágiles, de luchas encarnizadas entre grupos del mismo país: Etiopía, Níger, etc. etc. Se siente una situación de tanta fragilidad, inestabilidad, de manera especial en los países africanos.

¿Los mexicanos tenemos paz civil? Hay confrontación entre clases sociales, tendencias políticas, los iluminados del poder y los pobres liberales que no entienden nada y son causantes de todos los males. Los grupos criminales se hacen la guerra en medio de todos nosotros y finalmente están contra la población civil.

La Luz de lo alto¿Sabe el hombre lo que quiere en su vida sobre el planeta? Parece que anda perdido, drogado, fuera de sí mismo, sin saber realmente cuál es su bien. Sin convivir en la paz. Por eso crea conflictos con sus paisanos y vecinos y, finalmente, los violentos quieren vivir así y quieren que la sociedad viva así y la ponen de cabeza.

Israel es un pueblo de hondas raíces históricas, desciende de Abraham y los patriarcas y es heredero de la Ley, la Torah. A ellos Dios se ha revelado y les ha transmitido, por revelación, su altísima, divina sabiduría. Les ha transmitido su proyecto secreto, pieza clave para entender su vida y su destino como individuo y como pueblo.Los cristianos, en lo cultural y religioso, somos herederos de los judíos y nos parecemos a ellos hasta bien lo físico, nos dice la gente.

Los judíos recibieron la sabiduría divina en la Revelación para ser sabios, vivir en paz, ser felices y alcanzar el destino eterno y la patria ideal.

¿Entonces por que no viven en paz con sus vecinos? Han perdido la brújula, la cabeza, son adoradores del dios Mamón, el dinero, el demonio que está detrás de las guerras, tragedias, sufrimiento del género humano en este momento. Su dinero domina el mundo y permite a los judíos dar órdenes a los presidentes. Su dinero esta detrás de grandes movimientos mundiales. Gays, abortistas, eutanasia, que amenazan la supervivencia de la humanidad:.,Olvidaron la Torah y siguen una moral de bárbaros, terribles prójimos. Siguen practicando la ley del talión: “ojo por ojo y diente por diente”. Sin Cristo, el hombre es vengador y despiadado. Los palestinos asesinaron a 1200 hebreos. Fue un crimen y un error. Pero los judíos ya llevan más de 4000 muertos y quieren desaparecer a los palestinos en la Franja de Gaza. Los palestinos tienen derecho a su tierra y los judíos los invaden. Tan tranquilamente derraman toda la sangre. Son sanguinarios, no tienen escrúpulos.

¿Qué desenlace va a tener este conflicto bélico? ¿Adonde llega esta dinámica de venganza, de muerte sin frenos ni atenuantes? La acción de Satanás, su manera de proceder nos permite adivinar un poco lo porvenir. Satanás esta por la venganza, el odio, la sangre derramada, la tortura sin fin.

Lo que puede cambiar el rumbo es la conversión a la línea del Hijo de Dios que promueve amor, que es tomar la dirección contraria a las pulsiones de muerte y de la ley del talión,. Cuando pongamos en práctica la ley de Cristo que reseña el Sermón de la montaña, el mundo tomaría otro rumbo de perdón y de amor.

Recordamos la nueva ley de Cristo: “Ustedes oyeron que se dijo: ojo por ojo, diente por diente pero yo les digo que no se opongan a quien les hace el mal: al contrario a cualquiera que te de una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra, Aquien quiera llevarte a juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto, y si alguien te obliga a caminar mil pasos, camina con él dos mil. Dale a quien te pide y no le vuelvas la espalda a quien te pida prestado.Ustedes oyeron que se dijo: ama tu prójimo y odia a tu enemigo; pero yo les digo: amen a sus enemigos y oren por quien los persiguen, para que así sean en verdad hijos de su Padre que está en los cielos que manda su lluvia sobre justos e injustos…” (Evangelio de San Mateo, 5, 38- 45).