Opinión/Salvador Barajas

MORELIA, Mich., 28 de febrero de 2022.- Hace ya varios años que en la ciudad de Monterrey el fanatismo por sus equipos de fútbol se ha mal entendido como algo de que estar orgulloso. Equipos con gran inversión economía, medios de comunicación (varios) que manipulan para vender sus contenidos y un sector de la afición que está convencida de que cualquier posibilidad de derrota es impensable, son ingredientes peligrosos en donde correr a un entrenador puede ser el menor de los problemas.