Momento clave en la vida de fe

La fe supone renunciar a las miras y planes personales para adoptar los planes de Dios y alcanzar el único bien, el mismo. 

En tu vida. Muchos cristianos viven sin Dios. Otros quieren un Dios que les ayude paa realizar sus planes y les cumpla sus deseos y caprichos.

Dios habla. La Palabra hoy trae un momento decisivo en la vida de los escogidos de Dios: hacer los propios planes con sus propios proyectos y riquezas. 

¿Qué proyectos tienes tú: buscas tus riquezas y glorias y quiere que Dios te haga los mandados? En esa actitud rechazas el sufrimiento y rebelas contra Dios, como Jeremías. No entiendes a Cristo que acepta decido ir a Jerusalén para que lo sacrifiquen y lo maten. 

Jeremías se quejaba de la vida cruel que le daban los judíos por anunciar la palabra de Dios. Es un fuego que hay que llevar. La Carta a los Romanos hace el mismo planteamiento: “Ofrézcanse ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios”.

En todos los casos, hay que renunciar a los proyectos humanos que van tras bienes siguiendo los criterios del mundo. Es la misma necesidad de conversión: “dejen que una nueva manera de pensar … los transforme internamente  para que sepan distinguir cuál es la voluntad de Dios, es decir lo que es bueno… agradable… perfecto”-

Es necesario que tomemos en mano nuestra manera de vivir y nos enfrentemos con Dios… escucharlo y dejarnos vencer.

Toma en serio tu fe, tu catolicismo que es tratar con Cristo y aceptar tus planes, dejando maneras de pensar e ideas, negocios y placeres mundanos, donde le das la espalda de Dios  y lo guardas para la misa del domingo. 

Necesitas cambiar de manera de pensar como Pedro. Es la conversión cristiana. 

Cristo en tu vida. Enfréntate a Dios y considera a fondo tu manera de pensar y de vivir la fe. Se necesita un cambio, radical, tremendo. 

Cristo en la misa. La misa es un momento fuerte para dejarse encontrar, dejarse vencer y convertirse.