Marchas del orgullo gay

En la semana, se llevaron a cabo diversas marchas de las personas disidentes sexuales en las cabeceras municipales de Sahuayo, Cuitzeo, Paracho y Quiroga, además de Turicato, las cinco expresiones de resistencia sexual son distintas y diversas; cada una de las marchas cuentan con diferentes dinámicas de vida y consolidación de sus proyectos políticos y se encuentran interrelacionadas con diferentes procesos productivos, pero con una visión única, las marchas dejan claro que la sociedad es diversa y que no están dispuestas a seguir viviendo con mecanismos de opresión que fortalecen el modelo patriarcal, así como la masculinidad hegemónica y un binarismo que ha generado mucho daño entre las poblaciones.
De esta manera, las marchas han mostrado la diversidad de cuerpos y expresiones que comparten las llamadas disidencias sexuales e identidades sexuales que expresan sus posicionamientos para seguir en la lucha de sus derechos sexuales y los derechos reproductivos.
A favor y en contra los desafíos que enfrentan las marchas del orgullo de disidencia sexual en todos los espacios en donde se llevan a cabo; a favor, la inclusión, respeto y tolerancia para una mayor y mejor convivencia social, desde la generación de procesos de solidaridad y de formación cultural, en contra, procesos normalizados de mecanismos de opresión para la disidencia sexual que rechazan incluso violentan y matan a las personas LGBTTTIQ+.
Regularmente, las marchas del orgullo gay son organizadas por hombres, por personas gay, en su caso por lesbianas, y marginalmente por transexuales y transgéneros, dejando de lado a otras identidades como bisexuales, no binarias, queer, género fluido, de ahí la importancia de que las estructuras que organizan sean diversas y plurales, con representación completa, para un equilibrio de la visibilidad y el poder de la disidencia sexual.
Es importante que las marchas tengan un sustento filosófico y se construyan bajo un pensamiento crítico, para enfrentar la ola de comentarios que expresan que las marchas son muy coloridas, perdiendo su carácter de protesta, o bien, de aquellos que señalan que, se han comercializado, y son promovidas como eventos turísticos, perdiendo el sabor saber de su esencia que es la reivindicación de los derechos y libertades que aseguren la dignidad humana de las disidencias sexuales.
Pese a ello, hay que expresarlo, manifestarlo, compartirlo, las marchas son elementos de visibilidad de la disidencia sexual y con ello, se educa a la sociedad y se promueve la inclusión social, para la convivencia y paz.
Las marchas del orgullo juegan un papel fundamental no solo en la visibilidad y defensa de sus derechos, es decir, son más que una expresión social festiva; es el momento que permite la suma de voluntades para la solidaridad de la disidencia sexual y las aliades para demostrar el apoyo en la igualdad, libertad y justicia social para todos, todas, todes. Con ello, estamos educando a la población que sale a ver lo multicolor de las marchas, sobre la existencia de dichos cuerpos, pero igualmente sobre la aceptación y el respeto y tolerancia dirigido a la diversidad sexual y de género que existe.
De esta manera, queda claro a la población que vive la marcha, pero también a la población que se suma a dichos actos, incluso a la que está viendo el proceso del movimiento humano sobre las banquetas, las ventanas, paradas sobre los marcos de las puertas y desde la azoteas de las casas, genera un impacto social y político porque se dan las condiciones para evitar sigan las mecanismos de opresión como la invisibilidad, el prejuicio, el estigma, la violencia, la discriminación, el discurso de odio, las ecosig, la muerte; las personas aprenden también de observar, de compartir saberes, experiencias, conocimientos.
Por otro lado, las marchas empoderan a las personas organizadoras y en general a las, los, les participantes, lo digo porque salir a la vía pública a manifestarse es un ejercicio de emancipación y no solo de resistencia; y es que no basta estar empoderado, empoderada, empoderade, sino nos emancipamos y se generan las condiciones para romper con las cadenas que el patriarcado y la homofobia, bifobia, lesbofobia, transfobia aplica contra la disidencia sexual.
Las marchas con toda claridad generan un posicionamiento de unidad, diversidad y pluriverso, que precisa qué con independencia de su diversidad, todos, todas, todes merecemos un trato de respeto y dignidad que nos asegure equifonía, equipotencia y equivalencia, es decir, voz, valor y poder para participar en procesos democráticos, donde también se acceda a los espacios de toma de poder. Por eso, izar la bandera del arcoíris en los edificios públicos, manda una señal clara, que también la disidencia sexual es pueblo, tiene potentia, y también decide a quien entregar el poder y detente ese poder.
Finalmente, las marchas contribuyen a procesos sociales de transformación cultural y social, y a una mayor inclusión, respeto y tolerancia por parte de la sociedad en general.
Sigo insistiendo, qué, plantear la diferencia conceptual entre la heterosexualidad vs homosexualidad no es una cuestión cuantitativa o cualitativa, es decir cuántos son, dónde están, quienes son, o bien, plantea que hay una diferencia en términos de la orientación sexual, no, no esta ahí, la diferencia a existido para generar una condición de someter y controlar, así como disciplinar los cuerpos de quienes son disidentes, salir a las calles es mostrar el empoderamiento, pero también la emancipación de que somos frente al patriarcado y las diferentes lgbtttiqfobias.