La corrupción: más que una cuestión de valores
“Guanajuato: Ganar-ganar”
Guanajuato, Guanajuato, 12 de agosto del 2018
Molestos por la propuesta lopezobradorista de tener un Coordinador de Desarrollo en cada Estado, los “gobernadores” han tomado diferentes posturas.
En Michoacán, Silvano Aureoles critica la figura de Coordinadores estatales de desarrollo propuesta por el Presidente electo. Era de esperarse, su falta de visión, congruencia y lealtad lo llevó a traicionar al PRD y chaquetearle a la izquierda morenista apoyando la continuidad del corrupto PRI y su testaferro neoliberal: Pepe Toño Meade III. Se quedó Silvano solo con el apoyo del gobierno de EPN y de la SHCP, que en mi opinión será flexible en la revisión de cuentas.
Por su lado, prácticamente de risa la respuesta del priísmo en Sonora (no entienden que no entienden), que anticipando la mayoría de diputados de Morena en la próxima legislatura, decisión de una ciudadanía harta del agandalle de los tricolores, abusan una vez más, legislando tramposamente, con el apoyo de los azules, para que la gobernadora Pavlovich pueda vetar las decisiones de una mayoría legislativa que no le es afín. No quieren ojos sobre el manejo de dineros.
Diferente y digna la posición del gobernador electo en Jalisco, Enrique Alfaro, que respetuosamente señaló que el andamiaje legal del federalismo no contempla “intermediarios” en la relación entre los estados soberanos y la federación. El punto es: ¿Son los Coordinadores Estatales de Desarrollo propuestos por Andrés Manuel, intermediarios? Para lo que valdría la pena responder primero: ¿Eran los delegados de las diferentes secretarías federales, intermediarios?… Porque el ahorro en costos operativos (sueldos, gasolina, vehículos, oficinas, prestaciones, pachangas, tranzas, bonos, etc.) al eliminar una burocracia disfuncional representada por las delegaciones federales en cada estado… ¡Es un hecho!
Finalmente, uno más, el gobernador tricolor de Campeche, Alejandro Moreno, reacio a aceptar la figura de Coordinadores estatales propuesta por el Presidente electo, a modo de advertencia señaló: “del tamaño de la amabilidad federal, será la amabilidad estatal.”
Está claro, de manera abierta o soterrada los “gobernadores” no ven con buenos ojos los cambios propuestos por Andrés Manuel López Obrador y están tomando posiciones defensivas unos y de expectativa los otros… Valdría la pena recordarles a todos, que una de las demandas populares que motivó el voto ciudadano a favor del de Macuspana, fue la promesa de cambio cimentado entre otras cosas en acabar con la corrupción y los abusos de los gobiernos estatales, verdaderas cajas negras por donde se han ido miles de millones de pesos a los bolsillos de funcionarios, contlapaches, compadres, cuatachos, partidos políticos, campañas, cómplices y familiares de los gobernantes en turno ¡De todos los colores!, salvo honrosas y muy escasas excepciones ¡No!, Veracruz no es excepción; no extrañe entonces la necesidad de cambios estructurales en la forma de cuidar los dineros públicos y la necesaria supervisión si pretendemos que México no se vaya al carajo… En mi opinión aquí aplicaría aquello de que: “El que nada debe, nada teme”. Entendiendo que existe un temor “justificado”, de que la función pública se use para consolidar a los liderazgos de Morena en cada estado; como no soy adivino, no queda más que esperar para ver comportamiento, actuación e intenciones, antes de juzgar… En tanto, en mi opinión Guanajuato está en una posición ventajosa en relación a los demás estados: En primer lugar la ciudadanía votó, como en el caso federal, por darle mayoría en el Congreso al triunfador de la elección a gobernador, es decir, en tanto a nivel federal la presidencia, y el congreso estarán liderados por Morena, a nivel estatal será el partido Acción Nacional el que tendrá el ejecutivo y el legislativo de su color. Con esta ventaja, el gobernador electo, Diego Sinhué, podrá jugar una de dos estrategias: 1.- Una de rechazo similar a la de Jalisco, Sonora, Michoacán y Campeche, más los que se sumen, y 2.- Otra de colaboración respetuosa, en donde el trabajo coordinado del estado con la federación y los programas y apoyos que de ello deriven beneficien a Guanajuato. En otras palabras, si hacen política de la buena en Guanajuato (no política partidista, no al estilo de Silvano que solo grilla para su beneficio), estos seis años que siguen pueden ser de crecimiento y consolidación de un modelo de eficacia y honestidad en las formas de gobernar que den un impulso excepcional al estado, recuperando la paz y la tranquilidad, al tiempo que se consolida un modelo humanista que tenga como prioridad a la gente, no a las cosas o a las ganancias; para que, sustentado en el aprovechamiento de sus riquezas y el cuidado del medio ambiente se consolide el progreso; en tanto se sientan las bases del cambio prometido para México, para que siendo ejemplo nacional Guanajuato, Andrés Manuel tenga logros excepcionales y un modelo a seguir derivado del trabajo conjunto del estado con la federación, de esa manera ganaría el PAN en Guanajuato, de la manera como ganaría Morena a nivel nacional (Ganar-ganar), al cumplir las promesas de combate a la corrupción, justicia social y recuperación de la dignidad nacional a través de un gobierno eficaz sustentado en el federalismo, revirtiendo así el paradigma perverso de que los partidos y gobiernos de oposición deben meter zancadilla al Presidente en turno, como, en mi opinión, históricamente lo han hecho todos… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador