Claroscuros/José Luis Ortega Vidal

CLAROSCUROS

2018: cuando despertemos -después de la elección- los ausentes seguirán ahí…

José Luis Ortega Vidal

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Y cuando despertemos –después de la elección del 1º de julio- seguirán ahí…

Es una paradoja pero los ausentes son los más presentes…

Es una contradicción de la que brota dolor sólo comprensible a fondo por quienes lo padecen en forma directa…

Otra circunstancia dialéctica es que muchas de estas ausencias surgen de una descomposición de estructuras de poder –del Estado- y esas estructuras responsables de evitarlas, solucionarlas, aplicar sus elementos de justicia no lo hacen.

Todo lo contrario: evitan el tema, sacan el bulto.

Utilizan a los ausentes como herramienta para atacarse en la disputa por el poder.

Y la sociedad civil, desde luego, también es responsable de esta tragedia.

No aceptarlo sería hacer más grande la herida al ser incapaces de ver su origen y repetir los errores que la provocan.

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En Veracruz, el colectivo Solecito se ha constituido como una de las organizaciones más activas y eficientes en la búsqueda de desaparecidos y desaparecidas…

En fosas clandestinas ubicadas en colinas de Santa Fe -un asentamiento urbano en la zona norte del puerto y ciudad de Veracruz- Solecito –luego se sumaron autoridades- han hallado a partir de agosto del 2016 alrededor de 250 restos craneanos y más de 10 mil restos óseos…

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Desde febrero pasado 12 de 31 ex integrantes de la Secretaría de Seguridad Pública de la entidad permanecen prófugos.

A todos, incluidos el ex titular de la SSP Arturo Bermúdez Zurita -quien está preso- y el Sub y luego Secretario de Seguridad, Nabor Nava Olguín –fugitivo- se les acusa por la desaparición forzada y asesinato de por lo menos quince personas, entre ellas policías.

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El trabajo de Solecito y la captura de ex directivos y policías de la Secretaría de Seguridad Pública son apenas referentes.

La tragedia de seres humanos desaparecidos en Veracruz no tiene antecedentes en la historia de la entidad.

Ocurre, además, que la búsqueda de desaparecidos se impulsa desde la sociedad civil porque las instancias gubernamentales, estatales o federales, no asumen su deber al respecto y cuando muestran un pequeño interés los recursos destinados –humanos y materiales- son notablemente insuficientes.

Hablamos de un tema tan complejo que de la parte oficial se ventila la lucha entre grupos delincuenciales vinculada a la desaparición de integrantes de un bando y otro…

Tal criminalización de las víctimas choca con la ética.

Filosóficamente el Estado tiene el compromiso de atender las demandas de todos sus integrantes sin poder evadir en absoluto su responsabilidad.

El monopolio legal del uso de la violencia en manos del Estado (Max Weber dixit) le compromete a prestar atención a problemas como el expuesto por Solecito y muchas otras organizaciones de madres y familiares de desaparecidos al margen de la condición social de la víctima.

Una víctima es una víctima, desde la perspectiva de los derechos humanos. Su condición social previa es tema aparte y no exime a los victimarios de su culpa ni a la sociedad y al Estado de su responsabilidad de facto y de derecho.

Así de profundo y así de simple.

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En el contexto de la campaña por la gubernatura de Veracruz a definirse en la elección del primero de julio próximo, el colectivo Solecito convocó a un diálogo con los cuatro candidatos en competencia.

La invitación es a nombre de diversos colectivos de Búsqueda de Desaparecidos.

El encuentro será este viernes 8 de junio desde las 09:30 hasta las 14:00 horas en el Hotel Villa Las Margaritas, de Xalapa.

Los cuatro candidatos han dado respuesta a la convocatoria.

July Sheridan, del PANAL: Sí, acudirá.

José Yunes Zorrilla, del PRI/PVEM: Sí, acudirá.

Cuitláhuac García Jiménez, de MORENA/PT/PES: Sí, acudirá.

Miguel Angel Yunes Márquez, del PAN/PRD/MC: No acudirá.

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La asistencia o inasistencia a este diálogo tienen por sí mismas un profundo significado.

Sobre ello y el resultado del trascendente evento de mañana, habrá que ocuparse.

Es evidente el sesgo electoral que se le da a esta tragedia.

No dar la cara forma parte de ese sesgo, lo que representa la tragedia de nuestra bajeza política.

Aspirar al poder desdeñando su compromiso ético expone la raíz misma de las desapariciones: el abandono de nuestra condición humana y la irresponsabilidad histórica que emana de tal desdén.

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Los Heraldos Negros -poema de César Vallejo- ofrece una idea, pero el tema de los desaparecidos es inenarrable.

Y es que, paradójicamente, siempre están ahí, reclamándonos con la sombra de su ausencia:

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!