Con encuentros pedagógicos, buscan consolidar educación ambiental
MONTERREY, NL., 16 de diciembre de 2019.- México tiene los niveles más altos de desigualdad de ingresos entre países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en particular, en términos de acceso a educación superior.
Así lo concluyó Paulo Santiago, jefe de la División de Asesoramiento de Implementación de Políticas en la Dirección de Educación y Habilidades de la OCDE, quien expuso los seis ingredientes fundamentales para lograr una reforma de la educación superior en México.
Como primer punto, destacó el establecimiento de un marco de gobernanza adecuado, en el que se definan responsabilidades, se trabaje a favor de un sistema de instituciones responsables y autónomas, se creen marcos y procedimientos esenciales para todo el sistema, haya coordinación de las políticas de educación superior, y que el Gobierno federal desarrolle una legislación que destaque funciones específicas al respecto. También, sugirió definir el concepto de autonomía, porque hay discrepancias en ese término en México.
El segundo ingrediente se refiere a la definición de una estrategia a largo plazo. “Hay que vincular objetivos a líneas de acción más precisas y se necesita una asignación de recursos. Además, desarrollar un sistema de información completo que permita el seguimiento de las actividades de las instituciones, y urge garantizar que los programas federales complementen los objetivos de los estatales”, indicó.
Mejorar la transparencia del financiamiento destacó como tercer pilar. Santiago afirmó que el gasto en educación superior tiene prioridad en el presupuesto público, pero es relativamente bajo en comparación con la mayoría de los otros países de la OCDE.
“Ha crecido menos que la matrícula y existe una gran disparidad en el gasto por estudiante dentro del mismo subsistema, dependiendo de las instituciones en las que estudien y los estados”, manifestó.
Entre los otros puntos, resaltó fortalecer el aseguramiento de calidad, pues en competencia lectora, los adultos mexicanos tienen resultados más bajos que países con niveles educativos menores, como Noruega. En este rango, México está de cuarto, empezando por el final.
Como quinto punto, indicó que debe asegurarse la equidad y mejorar el acceso, pues el problema viene como consecuencia de las brechas de desempleo. Hay poco financiamiento en becas, por lo que debe recentrarlizarse este sistema.
Reforzar la relevancia y pertenencia de la oferta educativa funge como el sexto ingrediente. “Hay que ayudar a los estudiantes a tener éxito, fomentar prácticas innovadoras de enseñanza, asegurar buenos vínculos con los profesionales de la industria para que los estudiantes puedan pasar periodos en las empresas, y apoyar el aprendizaje a lo largo de la vida”, finalizó.