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MORELIA, Mich., 9 de agosto de 2020.- La precariedad salarial caracteriza el mercado laboral en Michoacán ya que el 62 por ciento de la población económicamente activa de alrededor de dos millones, percibe solo de uno a dos salarios mínimos.
Un minisalario actualmente es de 123 pesos, cantidad con la que se supone una familia satisface sus necesidades de alimentación, vivienda, transporte, vestido, salud, educación y recreación, pero que en realidad solo le alcanza para desayunar o merendar ya que tan solo una pieza de pan de dulce cuesta entre siete y 15 pesos y un litro de leche 20 pesos.
De acuerdo con datos del Coneval y la Encuesta Nacional de Empleo, poco más de la mitad de los trabajadores asalariados, el 50.9 por ciento tiene ingresos inferiores a la línea de pobreza y el 21 por ciento por debajo de la línea de pobreza extrema.
Esas líneas, que ahora se conoce como línea de bienestar, se relacionan con el acceso a la canasta alimentaria que, según el Coneval tenía un costo mil 615 pesos a principios de este año, monto que representa casi la mitad de los ingresos de un trabajador.
El panorama para los trabajadores es desalentador ya que durante la pandemia se han perdido más de 17 mil empleos formales, según datos de la Secretaría de Desarrollo Económico del estado y en la mayoría de las empresas se han reducido los salarios entre un 20 y un 50 por ciento.
Solo el 2.2 por ciento de los michoacanos que trabajan gana más de cinco salarios mínimos.