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MORELIA, Mich., 19 de julio de 2019.- Residentes en Morelia consideraron que las sanciones implementadas por las autoridades en contra de quienes colocan pintas o grafitis en monumentos históricos y espacios públicos no son suficientes para desalentar esta práctica.
En recorrido por el Centro Histórico efectuado por Quadratín, transeúntes precisaron que se requiere de endurecer las penalizaciones en los casos de daño a las edificaciones y la infraestructura urbana, derivadas de pintas y grafitis, además de impulsar medidas de prevención y disuasión.
“Hace falta que las autoridades sean más estrictas, para que las personas no tengan ganas de andar pintando los espacios y edificios públicos, porque actualmente si los agarran nada más les dan la vuelta y al ratito los dejan libres otra vez”, expuso Jorge Daza, trabajador de mantenimiento.
“Es necesario que se tomen otras medidas para que no pase más el que se dañe el patrimonio edificado de la ciudad, y también para que otras personas aprendan que eso no está bien y no vengan a poner grafitis en los monumentos históricos”, coincidieron Laura, empleada, y Martín Romero, estudiante.
“Cuando detienen a alguien por poner grafitis, lo sueltan al poco tiempo, como si hubiera robado un chicle, se necesitan sanciones más fuertes, y también una mejor vigilancia de las áreas más afectadas”, agregó Rodrigo Vargas, licenciado en comercio internacional.
Multas económicas, imposición de trabajo comunitario e, inclusive, pena corporal, son algunas de las acciones que, estimaron los ciudadanos entrevistados, podrían contribuir a reducir la incidencia de pintas y grafitis en el patrimonio edificado de Morelia.
“Yo pienso que si se les sorprende en el acto se les debe detener, porque dañan edificios públicos, pero la detención no debe ser solo por unas horas; además, se deben aplicar multas económicas para que no vuelva a suceder este perjuicio, que impacta el patrimonio y a la ciudadanía que disfruta de los espacios públicos y el turismo”, mencionó Rodrigo Vargas.
“Es horrible que dañen los monumentos, porque son históricos y tienen una gran relevancia para la formación de identidad de la población, eso no es bueno, ameritaría incluso que fueran a la cárcel”, explicó Martín Romero.
“Creo que hacerles pagar una multa podría ayudar a que no pongan pintas o grafitis”, señaló Laura.
La obligación de reparar el daño ocasionado debe complementar a las acciones coercitivas, en los casos de colocación de pintas y grafitis en monumentos patrimonio cultural.
“Debieran obligar a los responsables a limpiar lo que hicieron, está muy mal que rayen, y más monumentos históricos, el trabajo comunitario también podría servir para que entiendan que eso no está bien, sobre todo cuando existen espacios donde se les permite poner sus grafitis y expresarse”, concluyó Jorge Daza.
Recientemente, en la cantería de la Catedral se detectó un grafitti, que debió ser retirado por personal de la Arquidiócesis de Morelia y el ayuntamiento capitalino, con un coste estimado de hasta 40 mil pesos y más de 20 horas de labor, ya que el procedimiento de retiro de los pigmentos exige el mínimo de abrasión de la cantera.
Son entre 20 y 25 edificios históricos que se han identificado como afectados de forma recurrente con la colocación de pintas y grafitis, además de que cada día se retiran, en promedio, hasta 150 centímetros de estos en fachadas planas, solo en el primer cuadro de Morelia.