Michoacán no percibe el trabajo que se hace por la paz del estado

MORELIA, Mich., 16 de marzo de 2022.- El trabajo de personas, instituciones u organizaciones por la paz, no es percibido por la sociedad michoacana, ya que ninguna propuesta se hizo al Congreso del Estado para otorgarle la Condecoración por la Construcción de la Paz, Alfonso García Robles.

Por lo tanto, la convocatoria emitida el pasado 24 de febrero se declaró desierta y el acto solemne para entregar el reconocimiento el próximo 21 de marzo se cancela, de acuerdo con la comunicación del presidente de la Junta de Coordinación Política Fidel Calderón a la presidente de la Mesa Directiva Adriana Hernández.

El Reconocimiento Alfonso García Robles, se entrega al ciudadano, institución u organización de la sociedad civil que se haya distinguido por su trabajo en favor de la promoción de la cultura de la paz, la solución pacífica de controversias y la construcción de la ciudadanía.

La condecoración se instituyó hace cinco años, a propuesta de la entonces diputada Adriana Campos Huirache para honrar a los michoacanos que dediquen sus capacidades, esfuerzo y dedicación a la construcción de la ciudadanía que se requiere para el desarrollo integral e incluyente.

“De este modo haremos un justo reconocimiento a esta importante labor de reconciliación social, tan necesaria en nuestra entidad, al tiempo que sirve como plataforma para hacer una amplia difusión, mediante los planes y programas en el sector educativo y cultural, así como por medio de diferentes acciones de promoción, que permitan implantar en la ideología colectiva la necesidad de vivir en armonía, construyendo comunidades en las que la paz social sea posible”, dijo en su momento.

El nombre de la condecoración es el del más ilustre promotor de la paz en el país, el zamorano que como diplomático y jurista fue de los más destacados en la fundación de la Organización de las Naciones Unidas y de la promulgación en 1945 de la Carta de las Naciones.

La intensa actividad que desplegó a lo largo de su carrera en pro de la desnuclearización y el desarme, lo hizo merecedor, en 1982, del premio Nobel de la paz.