Cambia tendencia en museos de espacio de conservación a educativo
MORELIA, Mich., 23 de septiembre de 2019.- A alrededor de 18 kilómetros al noroeste de Morelia, una pequeña población se afana en el cuidado de las nopaleras que dan sustento a las familias de la zona.
En La Concepción, son cerca de 60 los productores especializados en el nopal, en un estimado de 250 hectáreas que años atrás se destinaran al cultivo del maíz y que, ante la necesidad de buscar opciones que representen mejores ingresos, se convirtieron para obtener esta cactácea.
Infantes y jóvenes recorren los senderos practicados entre los nopales para retirar algunas pencas y acumularlas en cajas de plástico, que llevan ante los mayores para su limpieza.
“Trabajamos el nopal como verdura, lo que tenemos lo vendemos sobre todo en Morelia, aunque también llegamos a Guanajuato cuando allá tienen escasez”, señaló Martín Calderón Razo, productor de nopal en La Concepción y representante del gremio en la región de Morelia.
La abundancia de agua permite que los nopales crezcan sanos y fuertes, con lo que una sola hectárea puede proporcionar hasta 100 toneladas por año; sin embargo, la falta de lluvias provoca que los agricultores deban dejar de cosechar y que casi mueran de sed las plantas.
En congruencia con los temporales, los precios al productor presentan grandes variaciones: entre los meses de octubre a diciembre, el costo puede alcanzar hasta 10 pesos por kilogramo, mientras que en temporadas bajas no se paga más de un peso por kilogramo.
Aunque para la siembra de nopal en una hectárea se precisa de una inversión por una media de 150 mil pesos, incluso los costos correspondientes a la temporada baja son vistos por la población como una mejor alternativa ante la situación del maíz.
“La verdad, el nopal, no importa que estemos en temporadas de poca producción, es más negocio que el maíz, porque es una planta muy noble, no necesita mucha agua y aun cuando las lluvias son malas tenemos cosecha, poquita, pero hay; en cambio, con el grano no habría nada, explicó Martín Calderón.
Sin embargo, la aspiración de los productores de nopal no se limita a la venta en fresco del alimento milenario, sino que pretenden incursionar en la agregación de valor.
Dulces y mermeladas de nopal, tortillas de nopal, cápsulas, jabones, nopales en escabeche, entre otros, son algunas de las propuestas que los habitantes de La Concepción esperan materializar para sus nopales, con lo que se podría incrementar la ganancia que este fruto les deja.
“Queremos procesar el nopal, tener una pequeña industria, venderlo como verdura, sí, pero también en otras presentaciones para llegar a más mercados, donde la gente no sólo se come el nopal fresquecito, sino como conserva, como postre o lo usa como tratamiento para su salud”, detalló Calderón Razo.
Tras 30 años de abandonar el maíz y sembrar nopal, Martín Calderón aseguró que “en la región, esto apenas empieza”.
“Estamos buscando los apoyos para poner nuestra pequeña industria, no solo producir por producir, sino también transformar y vender, que las personas consuman más nopales, que son buenos para la salud, fáciles de preparar y deliciosos”, aseveró.
Previo al retorno a las labores, Martín Calderón es llamado por un grupo de agricultores, un recipiente con nopales guisados con jitomate, cebolla y cilantro, colocados sobre tostadas, acompañados por atole, les aguarda.