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MORELIA, Mich., 28 de julio de 2021.- En el mundo cada 30 segundos una persona fallece a causa de una hepatitis vírica, dio a conocer la Organización Mundial de la Salud (OMS)
La hepatitis es la inflamación del hígado, causada por lesiones o infecciones que interfieren con el funcionamiento adecuado del órgano y pueden ocasionar enfermedades graves, como cáncer he pato celular y cirrosis hepática.
Existen cinco cepas de virus de la hepatitis: A, B, C, D y E, de las que las más comunes son B y C.
Además, son las cepas B y C las causantes del 57 post ciento de los casos de cirrosis hepática y del 78 por ciento de los casos de cáncer primario del hígado.
Los síntomas comunes de las diferentes cepas son fiebre, náuseas,vómitos, dolor abdominal, erupciones cutáneas, pérdida de apetito e ictericia, o color amarillento de la piel y las mucosas.
En el caso de la hepatitis A, los síntomas tardan en presentarse de dos a tres semanas luego de la exposición, que suele hacerse por alimentos o agua contaminados, falta de higiene y contacto con un enfermo.
En la hepatitis B, los síntomas se presentan de una a dos semanas luego del contagio, por vías sanguíneas, sexual o perinatal. Algunos pacientes son asintomáticos.
Entre dos semanas y dos meses se manifiestan los síntomas de hepatitis C, aunque el 80 por ciento de los casos son asintomáticos. Se contrae por sangre y jeringas contaminadas y vía sexual.
La hepatitis D, que se contagia por vías sanguínea y sexual, sólo se contrae por los pacientes que previamente tuvieron hepatitis B, mientras que la hepatitis E desencadena síntomas entre dos y 10 semanas después de la exposición, causada por alimentos o agua contaminados y falta de higiene.
Las hepatitis A, B y D pueden prevenirse con la vacunación, mientras que la hepatitis C sólo cuenta con tratamiento.
Un total de dos millones de personas en América Latina y El Caribe vive con hepatitis B, y cuatro millones de personas en la región tienen hepatitis C, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Sólo entre el uno y el tres por ciento de estos pacientes tiene tratamiento.
En México, los programas nacionales de salud cubren el tratamiento para hepatitis B y C, que pueden ayudar a prevenir insuficiencia y cáncer hepáticos.