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MORELIA, Mich., 7 de mayo de 2014.- Ante la falta de empleo y con la intención de aportar al cuidado del medio ambiente, Gonzalo Peña Pineda encontró en su ingenio y desechos de llantas, una oportunidad para ganarse la vida; sin embargo ante las dificultades que ha enfrentado, consideró que su proyecto se encuentra a medias y está en riesgo de desaparecer.
Responsable de una familia conformada por su esposa y sus dos hijos, la necesidad económica lo obligó a invertir sus pocos ahorros en una pequeña vulcanizadora, que no le ofreció los resultados esperados, por lo que optó por reutilizar las llantas y diseñar diversos muebles y accesorios para su venta al público.
En una conversación con Quadratín, en su taller que se encuentra sobre la carretera Cointzio – La Huerta, Gonzalo platica que la ubicación de su negocio le ha impedido que su pequeña inversión familiar le dé los resultados suficientes para mantener a su familia.
De noviembre a la fecha, Gonzalo señaló que ha realizado alrededor de 70 piezas a base de llantas inservibles, principalmente macetas, que han resultado las más pedidas por los pocos clientes que han conocido su trabajo, sin embargo precisó que su ingenio le ha permitido crear otro tipo de muebles como mesas de jardín, comedor con sillas y algunas piezas decorativas a base de llantas.
Angustiado por su situación actual, el padre de familia relata que ya se terminaron los ahorros de la familia para seguir invirtiendo y al negársele el apoyo de las autoridades e instituciones que fomentan los proyectos productivos, la situación se tornó complicada.
Con algunos pedidos pendientes por entregar, Gonzalo espera que alguna asociación de ecologistas o protectores del medio ambiente, le ayuden a conseguir la materia prima, principalmente las llantas que sólo representan basura para la población, así como un crédito que le permita conseguir la herramienta necesaria para realizar cualquier cosa a base de llantas.
“Mucho podría hacer si tuviera las herramientas y acceso a las llantas que ya nadie quiere, ni el ayuntamiento me quiso dar un permiso para recogerlas que porque debe ser a través de una empresa recolectora de basura y ellos me quieren vender la llanta muy cara, cuando ellos hasta cobran por llevárselas” puntualizó Gonzalo Peña.
Así, ante las cámaras de Quadratín, Gonzalo pide el apoyo de la población para obtener la materia prima y continuar con el negocio, así como espacios de difusión para que conozcan el trabajo que logra hacer en un par de días en promedio, con los desechos de las llantas.