Un día sin mujeres/Santiago Heyser Beltrán

Que vergüenza que las damas tengan que hacer una manifestación nacional para visibilizar la violencia de que son objeto y así despertar conciencias de autoridades, instituciones, legisladores, iglesias y gobernantes.

R- Guauuu, mi Santias, que bueno que tocas el tema, me parece de justicia y sentido común proteger a quienes son fuente de vida y dan sentido a todo.

S- Coincido contigo, perro, las mujeres han sido discriminadas de siempre, inicialmente por una razón biológica: ¡la maternidad!, que las alejaba de actividades físicas durante meses, lo que les impedía cazar al conejo o corretear al venado, y su fragilidad, que las dejaba en desventaja al pelear con el tigre o con el oso, lo que llevaba de forma natural a la protección del varón.

R- Auuu, creo que coincidimos, mi Santias, en que esas limitaciones las dejaron en desventaja para aspirar a ser líderes de la tribu o guerreras; es decir, de forma natural los hombres mandaban; de ahí que, al inicio de los tiempos, fuera más común el patriarcado que el matriarcado, aunque se dieron casos de sociedades dirigidas por mujeres.

S- Así lo entiendo, perro; y de ese inicio derivó que los varones tuvieran un lugar preponderante, lo que trajo como consecuencia una discriminación hacia las mujeres, aún en tiempos actuales y con sociedades modernas.

R- Grrr, discriminación azuzada por las iglesias, Iglesia Católica incluida, que en complicidad con príncipes y reyes, dieron un lugar preponderante a los hombres, al grado de darles preminencia sobre las mujeres hasta para gobernar, con el argumento idiota de que era mandato divino; de ahí deriva toda la faramalla de las ceremonias de coronación (todavía vigentes), que no son otra cosa que la complicidad de la Iglesia (iglesias), con el poder civil, para controlar el poder con otra falacia, la de la sangre real y el derecho divino a heredar el poder.

S- Nada que alegar, mi Rufo; esto está tan arraigado en el clero, que los méndigos le asignan género a Dios, llamándolo Dios Padre, o Jehová, o Alá… Cuando es de sentido común que, de existir un Dios, este no tendría género porque no tendría genitales… Pero hazles entender esto a quienes lucran con el sacerdocio y dejan a las monjas como sus servidoras en una estructura patriarcal, machista e inmoral de la que se benefician todavía hoy, hoy, hoy.

R- Auuu, haces que me acuerde de la argumentación para proteger a Marcial Maciel y a los Legionarios de Cristo, una organización mercantilista y corrupta, solapadora y cómplice de crímenes que avergonzarían a cualquier malandro laico; protegida desde el mismito Vaticano.

S- Y si te vas más para atrás, mi Rufo, verías la imposición religiosa manchada de sangre para robar en las cruzadas, asesinar en la inquisición y violentar con acusaciones de brujería en la Edad Media, para resolver problemas que afectaban sus intereses políticos y económicos; cosa de leer la historia de Juana de Arco, patriota quemada en la hoguera, por el pecado de ser líder guerrera y mujer y por afectar intereses de gente poderosa de la época, en defensa de su pueblo.

R- Grrr, ¿y qué me dices del invento de la virginidad de María?, que sataniza la sexualidad natural, generadora de vida, que es esencia de toda mujer. En otras palabras, con el cuento de la virginidad, limpian a la supuesta madre de Dios del pecado o imperfección de concebir sexualmente, lo que mancha y denigra a todas las mujeres que son madres a través de la unión carnal (diseño divino, si eres creyente); lo que deshonra a la mujer por el hecho de ser mujer… ¡De locos!

S- Mi Rufo, creo que, de aplaudir a la mujer, intención primera de este escrito, nos desviamos hacia las aberraciones celestiales de las iglesias y en particular de la Iglesia Católica, en contra de la mujer; cuando deberíamos escribir de las manifestaciones de estos días.

R- Guauuu, ¡tienes razón, mi Santias! Lo que puedo decir es que aplaudo y siento orgullo por la capacidad de convocatoria y la firmeza de las mujeres mexicanas en su lucha; a pesar del oportunismo de la clase política, de la discriminación religiosa y de la ignorancia y estulticia del Presidente de México, quien no entiende que no entiende… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Santiago Heyser Beltrán

Escritor y soñador