Tras bambalinas/Jorge Octavio Ochoa

Gobierno paralizado y en pecado capital

Después de 5 días de evidente polución ambiental, que podía percibirse incluso por el olor a quemado, el gobierno de la Ciudad de México se quedó literalmente pasmado y sin respuestas ante lo que fue una de las crisis ambientales más graves de los últimos tiempos.

Sorprendió aún más la actitud de Claudia Sheinbaum, quien goza de una gran reputación y un gran aprecio entre la comunidad científica. Pero pretextar que “el anterior gobierno” la dejó “sin protocolos de contingencia” y decir que las administraciones pasadas no hicieron su trabajo fue ridículo.

Las “administraciones pasadas” en materia ambiental en la ciudad fueron Alejandro Encinas de 1997 al 2000; la propia Claudia del 2000 al 2006 y posteriormente Martha Delgado del 2006 al 2012. De entonces a la fecha, las condiciones no cambiaron mucho en el Valle de México.

Pero la responsabilidad no era solamente de la Jefa de Gobierno (Gobernadora pues) sino también de la secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Josefa González Blanco, y del Secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela. Ambos brillaron por su ausencia.

La primera dio la cara a los medios de comunicación con un desplante despótico, a manera de favor: “sólo dos minutos y me dejan ir”… y se dedicó a informar sobre la propuesta para designar al titular de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME), acéfala desde tres meses antes.

El segundo no apareció o no se le notó, ni pa dar “consejitos” de salud a la población, quizá sometido por el control férreo al que tiene sometidos López Obrador a todos sus funcionarios. Nadie habla ni se mueve si él no lo ordena y por ende, pagó las consecuencias del desastre.

Lo que ocurrió los dos últimos fines de semana es el reflejo de un gobierno más interesado en apuntalar sus bases ideológico-políticas, que en implementar soluciones a problemas graves de los que no eran ajenos, porque todos ellos fueron parte del Poder en la ciudad de México.

El propio AMLO era Jefe de Gobierno cuando empezaron las megaobras y complejos habitacionales de lujo que hoy tienen coronada a la capital. Baste ver plaza Carso para entender lo que ha pasado en le megalópolis donde el abuso, el dinero y la permisividad dieron al traste con la sustentabilidad de toda la urbe.

Hoy, el otrora DF es, con mucho, uno de los lugares más contaminados y peligrosos del mundo. Ojo: todo se dio también bajo la égida de gobiernos de “izquierda”, con los que Carlos Slim congenió muy bien y se volvió su aliado, hasta para pavimentarles su camino rumbo al Palacio Nacional.  

Ahí, en ese mismísimo lugar, desde Palacio Nacional, doña Josefa se atrevió a condicionar respuestas ante una grave emergencia, luego de que el fin de semana previo el gobierno de la Ciudad se dio el lujo de permitir el “Paseo en Bici” por Avenida Reforma cuando el ambiente era de humareda en el bosque.

La secretaria solamente se limitó a decir que ya estaba la terna con “el perfil del profesional idóneo de quien debe ocupar la responsabilidad” como titular de la Comisión Ambiental. Todo, en el sentido de congraciarse con “el señor”, el “manda más”, el que todo lo resuelve.

La gravedad del asunto se reflejó en la Gaceta de la UNAM, donde la Doctora Ana Rosa Moreno, de la Faculta de Medicina, se tomó la molestia de dedicarnos más de “dos minutos” y explicarnos lo que el secretario de Salud no pudo, no quiso o no le permitieron hacer: informar que son las partículas PM2.5.

Resulta que las PM2.5, ahora lo sabemos, son las particulas más dañinas y han sido catalogadas por la Organización Mundial de la Salud como carcinógenas, es decir, que a largo plazo, producen cáncer. Los capitalinos estuvieron expuestos a ellas, en su fase más aguda, por lo menos 3 días.

Así que la contingencia aplicada hasta el miércoles 15 pasado, pese a que la emergencia se sintió desde el 9 de mayo, “llegó tarde”. Muy tarde, diríamos, y fue la propia naturaleza que se compadeció con los chilangos, a través de tímidas lluvias que redujeron un poco la polución.  

La Doctora Ana Rosa Moreno lo apuntó muy claro: “es muy peligroso pasar más de tres días con esta concentración de contaminantes; lo más recomendable es quedarse en casa y no abrir ventanas hasta que haya menos partículas”. Pero el gobierno reaccionó hasta el quinto día.

LA EXPLICACIÓN CIENTÍFICA:

Las partículas de 10 micras, que son las que normalmente se miden en el ambiente, son arrastradas por el moco, y de esta manera se filtran, pero entre más pequeñas sean, más peligro representan porque no se filtran y se van directo a los pulmones.

“Un estudio en Inglaterra comparó cerebros de personas que habían vivido en México contra otras zonas urbanas del país. En los que vivieron en México se encontraron metales pesados, y la única explicación era que en el aire había partículas de estos, y las de menos de 2.5 micras, llegan al alveolo, que es donde ocurre el intercambio gaseoso y se traslada directamente al torrente sanguíneo.

En México tenemos aproximadamente 21 mil muertes al año asociadas con la mala calidad del aire, pero subestimamos el problema porque para nosotros la contaminación es algo cotidiano, y cuando un problema se vuelve cotidiano, no se percibe.

Una de cada cuatro enfermedades, están relacionadas con el medio ambiente. Deben ser momentos en que la ciudadanía impulse a cambios. “Debería existir un sistema de alerta temprana para saber que hay un incendio y que los humos se están trasladando hacia un lado o hacia el otro y actuar en consecuencia.

En suma: nadie está culpando a López Obrador por los incendios. Lo que se critica es la inacción, la indolencia y la incapacidad de reaccionar. Al nuevo régimen le interesó un sorbete el problema ambiental o simplemente no lo avizoró en su magnitud.

Insistimos, está más interesado en apuntalar sus bases ideológico-políticas que en encontrar soluciones y esto está atrofiando todos los caminos, porque en el mundo se dan cuenta que la economía en México debe pasar un tamiz de credos y consignas que el capital no está dispuesto a seguir.

TAMIZ DE CREDOS Y CONSIGNAS

La propia Comisión Nacional Forestal (Conafor) reconoció desde el inicio de la contingencia, el nuevo régimen le redujo en mil 229 millones 166 mil 225 pesos su presupuesto. 2019 no ha sido el peor año en cuestión de incendios forestales: de enero a mayo de 2018 se registraron 5 mil 100 siniestros.

Es decir, las autoridades federales ya tenían antecedentes. Desde el viernes 10 de mayo se respiraba el olor a quemado que venía de Cuajimalpa. Claudia Sheinbaum Pardo dijo que se iban a tomar medidas, pero las contuvo en medio de una controversia con el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero.

Lamentó que éste hubiera obtenido una suspensión que lo exenta de cumplir con el programa vehicular en el Valle de México y dijo que si bien cualquiera está en su derecho de ampararse, se debe anteponer la salud y el beneficio ambiental al tema personal.

Es decir, la gobernadora sí tenía claridad respecto de lo que sucedía, pero la falta de coordinación entre los Poderes y los niveles de gobierno dejaron crecer el problema, pero se dejó pasar de manera irresponsable y criminal. Es decir, todo mal. Lo cierto es que Sheinbaum Pardo no es la única responsable.

Quizá a “él” le preocupó menos mantener el escándalo ambiental, que llevar por lo bajo el reclutamiento de iglesias a su barco ideológico. Ya las metió a Bellas Artes, a festejar a su nuevo Mesías y también les prepara nuevas concesiones de radio en el norte y en el sur del país.

Pero sobre advertencia no hay engaño: es toda una renovación moral e ideológica y necesitas de muchas voces, miles de bocas y cientos de rostros por donde difuminar su nuevo credo

GRUPOS RELIGIOSOS TENDRÁN SU ESTACIÓN DE RADIO  

Tres agrupaciones de carácter netamente religioso, o cuyas labores contienen un elemento de religión, consiguieron en las últimas semanas concesiones de espectro para transmitir en la radio AM y FM de México, en los estados de Chihuahua y Yucatán.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha comentado ante medios de comunicación que está por la apertura de los medios electrónicos para grupos de religión, para que estos puedan convertirse en concesionarios directos de frecuencias de espectro AM/FM.

Líderes de veinte grupos religiosos ya se han reunido con el presidente López Obrador en dos ocasiones en lo que va de 2019 y en ambas le solicitaron concesiones para operar estaciones de radio y televisión por todo el país, posibilidad vedada para ellos desde 1992.

López Obrador encargó a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, el análisis de entregar una concesión de radiodifusión a cada congregación. Mentir es un pecado, pero todo sea en el nombre del señor.

Sólo una aclaración a AMLO: quizá no tenga teléfono satelital ni cable, pero por la televisión privada ya hay más de 4 canales que difunden todos los días preceptos religiosos y ni con ello ha cambiado la sociedad. Sólo busque a partir del canal 440 de IZZI, misas en directo, incluso desde la Basílica.

Pero los mexicanos aman las series de narcos en Netflix, quizá porque los refleja con más claridad. Pero bueno, usted siga creyendo que hace las cosas bien. ¡Que Dios lo bendiga, señor Presidente! Pero no basta con creer que se está haciendo el bien, basado en las mentiras y la imposición.