Cárceles vacías: retos del Sistema Penal Mexicano
AMLO, el líder supremo
En las conferencias mañaneras el presidente Andrés Manuel López Obrador marca la agenda no solo de su gobierno, sino de los medios de comunicación. Luego de sus exposiciones, los medios y redes sociales replican durante el día lo que dijo el presidente. Pero no solo eso. Los políticos aliados suyos y los adversarios se enganchan en lo mismo sea para aplaudirle o para cuestionarle.
Lo que hable AMLO será el tema de sus funcionarios y seguidores durante todo el día y así hasta el día siguiente.
Hay de aquel que se atreva a rebatir y compartir siquiera cuestionamientos a lo dicho por el Líder Supremo de Morena. Irracionales calificativos son lanzados en masa por los seguidores de AMLO sin razonamientos rebasando incluso la civilidad.
En el menú de AMLO solo hay dos sopas: “estás conmigo o contra mí”. Todo aquel que opine distinto es parte o defensor del PRIAN o mafia del poder. Esto no fortalece la democracia ni abona a la unidad de los mexicanos.
Pero es política, es la nueva política que impulsa la 4ta transformación más inclinada a la imposición.
No son tampoco actos o políticas oficiales que censuran. Por supuesto que hay libertad de pensar, de expresar y de escribir lo que los medios o ciudadanos quieran. Pero hay agresivas respuestas que sí ponen en riesgo las libertades personales.
LA OPOSICIÓN QUE NO ES OPOSICIÓN
Por su parte, los diputados y senadores opositores a AMLO se mantienen ocupados en los temas que les imponen el presidente y su partido.
No tienen capacidad de capturar, interpretar y procesar el sentir de miles de almas que no comulgan con las políticas y acciones de AMLO, con sus funcionarios y con Morena.
Con esas ambigüedades y las discusiones estériles los propios opositores terminan legitimando la agenda y las determinaciones del presidente.
Me parece de lo más absurdo que los diputados adversos a Morena hayan pataleado por la propuesta oficial de establecer la Revocación de Mandato.
Su principal alegato, que no argumento, fue y sigue siendo que es la entrada que busca AMLO para su reelección en el 2024.
No lo creo así y no comparto esta visión de los contrarios de López Obrador.
En este momento el presidente puede mandar aprobar lo que quiera y sus deseos se harán ley.
“El pueblo pone y el pueblo quita”, fue frase acuñada por AMLO durante sus años de campaña. Y la razón se la dio la mayoría de ciudadanos sean o no de Morena.
Que bien que sea legal esa oferta y solo puede ser legal mediante la aprobación de diputados y senadores para que procedan los plebiscitos.
Esto es mejor que las encuestas “patito” con las que inició AMLO su gobierno y que le han costado millonarias pérdidas económicas al país.
Pero también es discutible la reelección del presidente con los límites que convengan al país protegiendo la democracia y la libre participación de posibles candidatos.
Ya existe la reelección de diputados y alcaldes a lo largo y ancho del país. En la revocación de mandato que está en alegatos se debe incluir a legisladores y presidentes municipales, incluso de los gobernadores.
Estos cambios seguramente harán cimbrar a más de uno y más de un alcalde y diputados saldrían del cargo por la puerta de atrás.
Pero por muy legal que sea, no sería nada democrático que en la revocación de mandato aparezca en las boletas electorales del 2021.
Esta es justamente la jugada política que pretende imponer AMLO y su partido apareciendo su nombre en la boleta como un candidato más.
Revocación sí, para AMLO y para todos pero en proceso aparte de las elecciones, debieran ser las posturas unánimes de los opositores al régimen. HASTA LA VISTA