Libre expresión…/Carlos Alberto Monge Montaño

¿Pesimista?

“Un pesimista es un optimista con experiencia”… Francois Truffaut. (1932 – 1984). Escritor y productor francés.

Tras la abrumadora victoria de Morena a nivel nacional así como en Michoacán, con el consecuente regreso de los personajes que dejaron postrada a la entidad en varios rubros, pero sobre todo en el financiero, el futuro inmediato se antoja crítico.

Para empezar, el propio Andrés Manuel López Obrador y los que podrían ser sus secretarios de primer nivel, han empezado a matizar todas las propuestas de campaña, por no decir, que las más importantes y que prácticamente fueron arengas de la contienda electoral,  ya las han descartado o postergado.

A ello, hay que sumarle que la administración estatal que encabeza el perredista Silvano Aureoles Conejo, deberá convivir con el peor de los escenarios previstos. Pese a comprometer trabajar de manera institucional, está por verse el compromiso de un López Obrador molesto con quien manifestó abiertamente ser su oponente, a grado tal que optó públicamente por José Antonio Meade.

Pero no sólo eso, varios de los ex perredistas enojados con el partido que les dio cobijo y los hizo gobernadores, senadores o diputados, también lo están con el Ejecutivo estatal, por lo que seguramente buscarán la oportunidad de desquitarse, porque simplemente así se las gasta la clase política nacional y si no, baste hacer un recorrido por las redes sociales de algunos de los “ganadores” de la contienda, para que usted compruebe lo que le digo.

Eso de la reconciliación y trabajar por todos los ciudadanos, suena más a demagogia que ha realidades, baste preguntarle a Felipe Calderón Hinojosa y Leonel Godoy Rangel, por citar solo un ejemplo. A ello súmele que al recibir sus constancias de mayoría para los diferentes cargos de elección popular, ha empezado ya la búsqueda de candidaturas rumbo al 2021. Insisto, así se las gastan los políticos nacionales y claro está y con singular apetito, los michoacanos.

Así que desde ya, Cristóbal Arias Solís, Raúl Morón Orozco y Antonio García Conejo, cínicos o hipócritas, transparente  o veladamente, pero desde ya están pensando en ser el próximo gobernador de Michoacán.  Y a ellos podríamos sumar a otros que pese a no ganar nada en la pasada elección, aún así lo intentarán, como Marko Cortés Mendoza. Y que busquen el cargo no necesariamente está mal, después de todo, las leyes que ellos hacen se los permiten, el problema radica en lo que podrían hacer desde semejantes cargos públicos, para alcanzar el objetivo.

Mientras tanto, en medio de la crisis financiera que padece Michoacán, la realidad advierte que Aureoles Conejo perderá en alguna dimensión su capacidad gestora para hacerle frente a la urgencia económica estatal, que a cuenta gotas o de último minuto, pero la administración federal que encabeza todavía Enrique Peña Nieto, le ayudaba. Con López Obrador, el escenario se antoja totalmente diferente, peor aún si antepone el rencor o los “perremorenos” michoacanos, lo convencen de desquitarse.

De tal manera que la única opción que le queda a Michoacán para que ahora sí le vaya bien, es que quienes llegan al poder y los que ya estaban, actúen como estadistas, se olviden de sus intereses personalísimos y de grupo, y eso estimado lector, no lo veo por ninguna parte.

Por lo pronto, ya llegó el segundo semestre del año, donde la crisis financiera se agudiza, los recursos no alcanzan ni para la nómina, mucho menos ante la opacidad, sindicatos, ineficacia,  sobrepoblación en la burocracia y un largo etcétera que prevalece en áreas como las secretarías de Educación, Salud y claro, la Universidad Michoacana.

En fin, espero estar totalmente equivocado y que muy pronto la clase gobernante me haga tragar el pesimismo e incredulidad que ahora me abruman.

Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.

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