Cárceles vacías: retos del Sistema Penal Mexicano
La Hija del coronel
A la Houdini
Por: Sara Galeote
Para nadie es sorprendente dar cuenta de que el sistema de salud público en México carece de inmediatez de atención y respuesta, cuántas voces repetidas en historias humanas han evidenciado la pérdida de un familiar por la ausencia del servicio médico oportuno o desabasto de medicamentos.
Ustedes no están para saberlo, pero yo sí para contarles, que hasta mis 18 años, las fuerzas armadas atendieron mis padecimientos, producto de la prestación médica a la que uno tiene acceso gracias a las horas puntuales del coronel en servicio; pero la vida adulta me dio un vuelco a la realidad laboral y me convirtió en una derechohabiente más de los sistemas de salud.
Y sí… también he tenido que hacer largas filas en horas donde ni las gallinas saben del amanecer, andar de pasillo en pasillo entre personal con cara rígida a quienes les pesa incluso levantar la mirada para responder y que además te obligan a conocer las 200 ventanillas en las que te atienden por el mismo trámite, para que te digan finalmente que te mantengas en la sala de espera, más nunca te dicen que se llaman así porque puedes esperar si bien te va hasta seis meses para ser atendido si se trata de operaciones, a no ser que en urgencias hayan comprobado que el hígado se te ha salido, digo, hay que evitar pérdidas monetarias en incapacidades.
Para la mayoría de los mortales mexicanos, el umbral de dolor no da para curarse en abonos y menos da para pagar servicios médicos privados.
A este escenario que viven cientos de familias, hay que sumarle las decisiones presidenciales de la 4T, sí con “T de Toooodo puede pasar” (léase sin cara ya de sorpresa) porque a la Houdini desaparecieron el Seguro Popular y lo cambiaron por el esquema del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) del que como han expresado en cartones: Quinsabi qué se busca, ni cómo operará a ciencia cierta, pero cual ilusionista se ofertó al estilo populista de gratuidad para quienes carecen de seguridad social, y fue recibido con el nuevo año, preelectoral dicho sea de paso.
Es de recordar que el Seguro Popular fue creado durante el gobierno de Vicente Fox y continuó en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, pero que con el argumento de que era ineficiente y daba espacio para la corrupción, se optó por extinguirlo como regalo de 2020.
Argumento que resulta paradójico cuando en el caso de Michoacán, el Seguro Popular se operó durante los dos gobiernos de actuales operadores políticos que brincaron del color amarillo al vino morenista.
Y es que algunos actores de la 4T, han querido endosarle al estado la responsabilidad de la falta de atención médica, pero acaso ¿habría que exigir también cuentas primero al interior?
Para muestra, la acción del diputado Mario Delgado, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados quien prefirió atenderse en el hospital ABC para un chequeo general y no acudir a una institución de Salud Pública, menos creo lo haría en el Insabi de no contar con seguridad social.
Este acto de desaparición a la Houidini como les digo, ha tenido los primeros resultados y no precisamente en materia de bienestar, más bien de malestar, toda vez que en el caso de Michoacán al menos, implicó que más de 300 trabajadores perdieran su fuente de empleo, ahora, el Estado, con recursos propios logró recontratar a más de 80 que tienen perfil de médico, especialista o enfermera, pero otros 220 fueron liquidados.
Parte de ellos son quienes en días pasados se manifestaron frente a oficinas de la Secretaría de Salud en Michoacán (SSM) con la exigencia de ser recontratados.
En resumidas cuentas, esperemos que ante las inconsistencias del nuevo esquema federal de salud, que no es necesario enumerar, esos 54 millones de mexicanos que se atendían con el Seguro Popular, no queden a la suerte de ilusionadoras promesas y se anteponga como prioridad la atención médica a la población.
Así como la construcción del aeropuerto y la reforma educativa, ahora los actos de magia cayeron en el Seguro Popular, ¡No vaya a cumplirse eso de que el Castillo de Chapultepec se use para bodas y XV años como se anda rumorando en las redes!.
Con la zozobra del Insabi, estaremos en espera de que Dios nos agarre confesados si es que el Coronavirus se empezara a propagar.
Hasta aquí unas letras para el coronel que sigue teniendo quién le escriba…que me responda…no lo sé.