La opción
Tras el pasado trágico episodio de Tlahuelilpan, Hidalgo y sus dolorosas secuelas, el evento debe hacernos reflexionar como sociedad de manera crítica y honesta, porque algo estamos haciendo mal los mexicanos.
La cadena delictiva en el robo de combustible, evidencia la corrupción e impunidad que reina en el país, porque mire usted, tan huchicolero es el delincuente que perfora el ducto, como el bandido que llena su bidón y el irresponsable cómplice que les compra.
En la autocrítica, a veces el pueblo ni es bueno, ni es sabio, sino todo lo contrario, es malo e ignorante, en gran medida por la pobreza, la desatención oficial, la falta de oportunidades y la corrupción que ha llevado a la sociedad mexicana al límite.
Nos hemos convertidos en una sociedad intolerante, violenta, con falta de valores, en que el agandalle, en el que primero y después yo, aunado a la falta de asertividad, nos ha hecho conducirnos como enemigos entre unos y otros.
Si usted como yo queremos que este país de verdad cambie, para reconstruir a México, debemos cambiar todos, debemos participar todos, no todo es responsabilidad del gobierno.
Debemos reconocer que desde hace algunos años, una gran mayoría de mexicanos, orillados por la pobreza, se han sumado a las actividades delictivas como modus vivendi, motivado por la impunidad con que pueden conducirse.
El robo de combustible por toda una comunidad en Tlahualilpan, demuestra la realidad de una sociedad que no respeta nada ni nadie porque no ha habido nadie que ponga un límite.
Debemos de pasar de la simulación a convertirnos en un país donde exista el Estado de Derecho, donde se aplique simple y sencillamente la ley y donde existan mayores oportunidades para todos.
Pero queda caro que O CAMBIAMOS TODOS, O TODOS SEREMOS RESPONSABLES DEL DESASTRE DE PAIS EN QUE VIVIMOS.