Las propuestas presidenciales en México
Simulación educativa…
“La única educación eterna es ésta: estar lo bastante seguro de una cosa, para decírsela a un niño”. Gilbert Keith Chesterton. (1874 – 1936). Escritor británico.
Como era de esperarse, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad, declaró constitucional la evaluación a los profesores, tanto para obtener una plaza, lograr una promoción o permanecer como docente al servicio del Estado, debido a que atienden al interés superior del menor y a la calidad educativa.
Otro argumento de los ministros para avalar las evaluaciones, es que en el caso de los profesores que no logren resultado favorable en las 3 oportunidades que tendrán para pasar el examen que les permita mantenerse como docentes, tendrán la opción de ser reubicados en otras tareas o incorporarse a los programas de retiro, opciones que no resultan inconstitucionales.
Y aunque se tardaron, porque el caso llegó al máximo Tribunal del país desde el 25 de marzo, finalmente los ministros resolvieron como se esperaba.
Sin embargo, dicha resolución se antoja intrascendente desde la óptica del magisterio disidente, que seguramente ya esperaba este fallo y por lo cual, ya debe tener el plan de acción a seguir, sobre todo, ante la debilidad mostrada por el Ejecutivo Federal y cuando menos 4 gobiernos estatales, entre ellos el de Michoacán.
El problema no es de leyes y fallos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se trata de un círculo vicioso donde no se aprecia alguna instancia con el ánimo de resolver efectiva y transparentemente, prevalece sólo la simulación.
Tanto las autoridades correspondientes como muchos profesores y sus líderes, se han convertido en parte del gigantesco problema. Autoridades incapaces de tener una nómina única, transparente y confiable. Un cúmulo de decenas de años, donde personajes de la política nacional, estatal y líderes magisteriales se han repartido el pastel de los recursos educativos con casi total impunidad… Apenas hay una castigada por ello, Elba Esther Gordillo y difícilmente se puede creer que solo ella, sea la responsable.
Un magisterio disidente incapaz de transparentar puntualmente las minutas que firma con el gobierno estatal y/o federal, como ha pasado reiteradamente en Michoacán, donde estratégicamente las esconden ambas partes y cuando se hacen públicas, ni siquiera son concretas y cuantificables en sus peticiones y sorprendentemente así se firman.
El círculo vicioso y la simulación es tal, que ambas partes se han acusado incansablemente de corrupción, como el pago a miles de aviadores, pero no hay quien lo pueda o quiera evidenciar con pruebas porque seguramente serían muchos los afectados y de todas las áreas de poder, el gubernamental y el magisterial.
Ya resolvió la Suprema Corte pero eso seguramente no logrará que mejoren las cosas en Michoacán, por el contrario, será un nuevo argumento en la lucha magisterial, donde el “poder neoliberal” ha dado otro revés a los “salvadores de la educación estatal”.
Así que las marchas continuarán, también los acuerdos en total opacidad, porque después de todo, es mejor el uso de la política en aras de la estabilidad gubernamental, que aplicar la ley a todos por igual; mantener las cosas como están, permite que algunos profesores puedan cobrar desde 10 mil y hasta más de 100 mil pesos mensuales y sin trabajar, pero también, que los nuevos funcionarios y las mafias que prevalecen al interior de la Secretaría de Educación en el estado, puedan continuar con la venta, cambio y herencia de plazas.
En fin, espero estar totalmente equivocado y que el fallo de la Suprema Corte sea el principio de mejores condiciones educativas en Michoacán, en todos los sentidos; especialmente ahora que los ánimos de la sociedad empiezan a llegar a límites preocupantes de hartazgo que podrían degenerar en acciones lamentables, sobre todo durante marchas y bloqueos, que más allá de perjudicar a las autoridades, perjudican a los ciudadanos.
Mientras tanto, lo cierto, lo real, es que Michoacán sigue en la cola de los estándares educativos en el país y de ello son culpables tanto autoridades, como todas las corrientes magisteriales.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.