Cuando leí que los cuatro consejeros que aún quedan en el IFE se pusieron de acuerdo para rotar la presidencia de dicho instituto entre ellos mismos; no pude evitar pensar en un grupo de adolescentes que se turnan para realizar las labores caseras ante la ausencia materna.

 

Claro está que eso no lo provoca la ausencia de Zurita, a quien nadie extrañará ni necesitará y menos ante lo sucedido en las presidenciales pasadas, durante las cuales el IFE demostró que para lo único que sirve es para producir identificaciones y para castrar a los ciudadanos con sus comerciales.

 

La situación es la siguiente: debería haber 9 consejeros en el IFE, pero sólo quedan cuatro. Esto debido a que los diputados no han logrado ponerse de acuerdo para llenar un asiento que está vacante desde febrero, y la convocatoria para los cuatro que van de salida, entre ellos Valdez Zurita, quedó aprobada apenas el día 24 de octubre.

 

En pocas palabras y como ya sabíamos, el IFE está secuestrado por los intereses de los partidos, ni más ni menos.

 

Aquí es donde me pregunto cómo pueden algunos tener el descaro de decir que la desaparición de los institutos electorales estatales y la consecuente creación de un mega instituto nacional abonará a la democracia del país.

 

Claro como no lo vi antes: porqué está súper comprobadísimo que en el IFE todo marcha de rechupete…

 

Pero bueno, mientras nuestros cuatro consejeritos valientes juegan a mantener a flote el barco; Valdez Zurita se va de él creyendo que deja un IFE mejor posicionado y con “excelencia administrativa”, lo cual es de alabar. Pero hagamos un pequeño ejercicio lógico: las marcas se posicionan para vender más, las empresas siempre buscan estar mejor administradas ergo ¿estamos hablando de un instituto electoral o de una fabrica de credenciales “para el ciudadano de hoy”? Perdone usted, pero es que yo me pierdo fácilmente en mis razonamientos.

 

Claro que celebro lo de la “excelencia administrativa”, si es que eso es cierto, pero me gustaría celebrar más algo así como una “excelencia electoral”.

 

Así las cosas esperemos a ver que pasa con el IFE, mientras tanto se va a encontrar semiparalizado: se necesita un número non de consejeros para desatorar las votaciones.

 

Además los diputados no se ven muy motivados para llenar las vacantes pendientes. Y bueno, si se deciden a crear el INE, a ver como nos va cuando situaciones como ésta ocurran de nuevo, habrá conflictos ya no sólo a nivel federal pero estatal también.