El mexicano es una suerte de cosa contradictoria. Lo vemos en toda manifestación de nuestra idiosincracia y no dejamos de sufrir las consecuencias de ello. Digo esto por la manera tan particular en que atendemos diversos temas. Me explico.

Cuando sucedió la tragedia de Paris hace un par de semanas todo mundo puso el grito en el cielo y no faltaron quienes salieron a rasgarse las vestiduras en favor de la libertad de expresión (como si supieramos que cosa es eso y las responsabilidades que conlleva) e incluso hasta islomofobos resultaron algunos de nuestros connacionales.

Por otro lado, al día de hoy, se han estado destapando diversas personas para contender en las próximas elecciones. El más risible (para una gran mayoría) ha sido el destape de Cuauhtémoc Blanco y de Laura Zapata como precandidatos del Partido Socialdemócrata y Encuentro Social, respectivamente, a la presidencia municipal de Cuernavaca.

Entonces surgen las críticas y no falta quien ahora se desgarre las vestiduras preguntándose si esto no será una broma pesada perpetrada desde San Ángel (y quien sabe, es posible), pero lo cierto es que salvo lo que pueda dictaminar la autoridad correspondiente ambos son ciudadanos mexicanos en pleno ejercicio de sus derechos y constitucionalmente tienen el derecho de votar y ser votados.

En otras palabras, así como el mexicano entendido defiende el derecho de un periódico satírico a dibujar desnudo el profeta, este debería salir a defender el derecho de Blanco y Zapata (y otras tantas figuras públicas) de contender por un hueso de elección popular.

Esto entra en una dinámica mucho más interesante y es que en este país no hay una verdadera democracia no sólo por lo que se pueda reprochar a la clase política pero también a la clase ciudadana. Por un lado y con conocimiento de causa abucheamos merecidamente a nuestra clase política a sabiendas de que está podrida hasta el tuétano pero por otro lado nos burlamos de los legitimos intentos de otros ciudadanos por acceder a puestos de elección popular; o dicho en cristiano heterodoxo: el mexicano ni picha, ni cacha ni deja batear.

A manera de inconclusión

El INEGI reportó una baja en el índice de precios al consumidor para la primer quincena de este mes, y año, y ya la presidencia se endilgó el milagrito diciendo que esto se debe a la eliminación de las tarifas de larga distancia. Lo cual increíblemente no deja de ser cierto, aunque también hubo una importante variación a la baja en los precios de frutas y verduras según indica el instituto. Buen comienzo de año, parece.