El abandono del talento juvenil

Poco se podrá hacer  por Michoacán si no se trabaja intensamente para aprovechar más nuestro talento, ingenio y creatividad, que son los factores que elevan exponencialmente las condiciones de desarrollo humano, ya que determinan la capacidad de innovación y generación de valor. Consolidar el potencial del ser humano talentoso es prácticamente imposible sin la contribución de un sistema educativo que efectivamente desenvuelva las capacidades latentes del estudiante. Cuando una sociedad extravía su sendero educador las repercusiones son desastrosas, ya que de la generalización de la ignorancia devienen como consecuencia generaciones enteras arrinconadas a vivir en la miseria, plenas de encono social y de frustración.

Por ello, como consecuencia directa de la crisis del sistema educativo estatal, Michoacán está desperdiciando legiones enteras de jóvenes, quienes están, en el mejor de los casos, abandonando la entidad.  La falta de oportunidades genera un pérdida brutal de posibilidades de regeneración de nuestro desarrollo integral estatal en el corto y mediano plazo: 258 mil 583 michoacanos que tenían entre 5 y 19 años de edad en el Censo de Población y Vivienda del año 2000, abandonaron Michoacán entre esa fecha y el 2010.

Más aún, si tomamos como referencia que el 2.5 por ciento de la población posee talentos y aptitudes sobresalientes, entre ese total que partió de Michoacán, se fueron al menos 8 mil 073 jóvenes con capacidades extraordinarias para detonar el desarrollo de la entidad.

Las cifras absolutas y porcentuales de quienes la resuelven con niveles de excelencia revelan la eficacia de un sistema educativo dado. Al respecto, el reciente estudio sobre la Brecha de Talento en México y sus Costos Económicos, basado en los resultados de la aplicación de la prueba PISA 2012, impele a tomar medidas contingentes para reorganizar la agenda pública hacia detectar, desarrollar, brindar seguimiento, retener y aprovechar el talento de los hijos de Michoacán, ya que lamentablemente refrenda lo señalado: hemos dejado perder generaciones enteras sin que haya esfuerzos sistémicos por aprovechar nuestra mayor riqueza.

Durante décadas nos hemos dejado seducir por vivir de las remesas, del presupuesto gubernamental y de producir productos agrícolas brutos, desperdiciando oportunidades; pero mucho más grave es abandonar a los niños y jóvenes talentosos a su suerte, en un tejido social en donde aun lamentablemente se encuentran a ras de piso las tentaciones para seguir senderos equivocados de vida. Sin duda miles de hoy adultos irrealizados michoacanos fueron en su momento niños con aptitudes y talentos sobresalientes y tuvieron que abrirse camino por terracería en la vida.

De acuerdo con los resultados del estudio mencionado, Michoacán apenas tiene al 0.1% de estudiantes en los niveles de excelencia de la prueba PISA 2012; es decir, solamente uno de cada mil alumnos. A nivel nacional el promedio es de seis de cada mil. Y más aún, tal cifra merece también un contexto dentro de la globalidad. Por ejemplo, Singapur coloca a 293 de cada mil  y Corea del Sur a 273. En ese sentido los singapurenses están un 29 mil 300 por ciento por encima de nuestra entidad en cuanto a la efectividad de su sistema educativo.

Por otra parte, siendo cuantificados los resultados en PISA 2012, respecto al esperado de acuerdo con el tamaño de nuestra economía, el faltante constituye una enorme brecha de 4 mil 700 jóvenes talentosos que hoy no están presentes en la entidad.  Más aún: si el sistema educativo de nuestra entidad funcionase de la misma manera que el de Singapur deberíamos de tener 34 mil 046 jóvenes obteniendo niveles 5 y 6 en PISA 2012.

El priorizar a la educación ha sido un éxito rotundo en el desarrollo humano de la mencionada nación, que apenas tiene 51 años de independencia y que rebasa impresionantemente a México y más aún a nuestra entidad. En suma: ese es el costo de una mala educación, del abandono por décadas en que hemos sumergido a Michoacán en este ámbito.

Solamente, sin mayor esfuerzo de inclusión, si hubiésemos aprovechado exclusivamente el potencial que reside en los jóvenes con aptitudes y talentos sobresalientes que partieron entre 2000 y 2010, tendríamos cubierta al 171 por ciento la expectativa de alumnos de excelencia en PISA 2012. Mucho estamos dejando de hacer como michoacanos en cuanto al sistema educativo.

La crisis de talento en Michoacán es una consecuencia multifactorial que no se ha puesto como prioridad en el diseño de la política pública en la entidad. Por ende, para el 2015, elevar la calidad educativa con indicadores medibles es la consigna que debemos de plantear. Elevar al máximo nivel posible el derecho a aprender y a que las generaciones emergentes vean realizados sus sueños y aspiraciones en su tierra natal.

Asimismo, el exhorto es hacia las autoridades educativas para que ponderen en su justa dimensión la importancia de la calidad de la educación por encima de cualquier interés particular, ya que las consecuencias de no hacerlo están exhibidas por el estudio que nos embarga. Es el gran momento para que los candidatos a puestos de elección popular reivindiquen el talento juvenil y se comprometan a realizar acciones que verdaderamente rescaten del abandono a los niños y jóvenes michoacanos, ya que es imposible que haya propuestas de campaña o planes de gobierno serios que excluyan este trascendental tema. Por supuesto, esto implica priorizar el derecho a aprender hasta donde su deseo de evolucionar les permita llegar a los estudiantes, por encima de todo interés sectario.