Cuarto poder acertó Xóchitl
¿Cuándo hiciste tu juramento, fue para servir a México o al Presidente?: – Fue para servir a México, respondió el soldado con firmeza.
La posada había iniciado cuando llegaron acompañados de la líder sindical, los sentaron a la mesa y los presentaron con esas presentaciones en donde, entre música y risas casi nada se oye, nada más escuche: -…militares; sonreí por cortesía, presentaron al tercero: -El presidente del colegio de abogados. Puse atención, ya que desde hace tiempo tengo metido entre ceja y oreja que la inequidad que hemos construido deja en estado de indefensión a miles o millones de mexicanos que no tienen recursos para defenderse y entendamos: Cuando se comete una injusticia en contra de un pobre, es doble el abuso, porque se comete sabiendo que no tiene los medios para defenderse.
Ya con sus platos de pozole y algunas tostadas en la mesa, comenzó la conversación con el licenciado: -Ud. a qué se dedica, me preguntó. – Doy pláticas, conferencias y asesoro negocios, y quiero, adicionalmente, componer a México; hoy vamos camino a un despeñadero al vivir con un modelo inmoral y depredador como el neoliberal, que pone como panacea la inversión extranjera en un mundo donde el trabajo subordinado tiende hacia el esclavismo. Bajo la premisa de ser competitivos empujamos salarios de hambre, mientras nos volvemos dependientes y nuestras riquezas salen del país gota a gota. -¡Tiene razón!, contestó el licenciado, no lo había visto de esa forma. -Yo parto de un principio muy simple, México para los mexicanos en una relación respetuosa con otras naciones, pero insisto, México para los mexicanos… Los soldados escuchaban con atención y asentían; concluí: -Mi aspiración como padre, no es que mis hijos trabajen para alemanes, chinos o japoneses en nuestra propia tierra. Se rieron. Enseguida me dirigí a los militares: -Me gustaría, con Uds., platicar cinco minutos para conocer sus puntos de vista, si creen que no es el lugar adecuado, por tratarse de una fiesta, no hay problema. Volvieron a reír y dijeron que sí.
Concluí el tema con el licenciado, sugiriendo que para ese proceso de reconstrucción de la República, era necesario el concurso de los abogados abanderando causas del pueblo y le comenté de los abusos que se daban, cuando la autoridad “apartaba” propiedades de ciudadanos en función del Plan de Desarrollo Urbano, y no solo no pagaba por ellas, sino que seguía cobrando predial a quienes, de hecho, ya no eran propietarios porque no podían disponer de sus bienes…
Los soldados, hasta ese momento, escuchas, intervinieron – ¿De qué quería hablar con nosotros? -De su misión y compromiso, les dije. Como expresé, en mi opinión México se está rompiendo en pedazos y Uds., El Ejército, como Institución, son el último reducto de defensa de la República, cuando las otras instituciones, la clase política y los gobiernos se han corrompido en función de intereses de grupo, de individuos o de partido. Se miraron sorprendidos, imagino no pensaron en el rumbo que daría yo a la charla. -¡Tiene Ud. razón!, dijeron; atrás del gobierno e instituciones, están las Fuerzas Armadas para defender los intereses nacionales. Después no queda nada. -Si queda, argumenté, atrás de Uds. está el pueblo de México, por eso Uds. son el ejército del pueblo. – Es verdad, respondieron. Y continué – ¿Cuándo hiciste tu juramento, fue para servir a México o al Presidente?: -Fue para servir a México, respondió el soldado con firmeza. -Ese es el punto, argumenté. Hoy nuestro ejército parece estar a las órdenes del poder civil y no de México. Frunció el seño y contra argumentó -El ejército está al servicio de las instituciones nacionales, representadas democráticamente y bajo el mando del Comandante Supremo, el Presidente de la República. -Ahí está el problema, en el discurso que engaña y justifica; te pregunto: ¿Conoces algún político que haya llegado a un puesto de representación o gobierno, sin hacer trampa? -¡No!, contestó sonriendo. -¡Claro que no!, confirmé, todos llegan a partir de arreglos dentro de los partidos y corrompiendo el proceso electoral de acuerdo a sus habilidades y capacidades. Por eso afirmo, quienes gobiernan a México, el Presidente incluido, son mentirosos. Y ahí lo grave del asunto, mi ejército, el ejército del pueblo, está bajo el mando de un hombre que le miente a su pueblo. La cara de sorpresa del soldado no dejaba dudas, al coincidir con el razonamiento, su lealtad y su misión se tambaleaban, ya que la disyuntiva es clara, o sirve a México o sirve a sus superiores, los que, muchos de ellos, en mi opinión están al servicio de intereses ajenos al interés nacional… Solo así puedo entender que un General, Lázaro Cárdenas del Río, haya defendido el interés nacional al expropiar el petróleo y que hoy, otro General, Salvador Cienfuegos, recule diciendo respecto a la Reforma Energética que abre las puertas al capital extranjero: “Se han sentado las bases que permitirán llevar al país a su máximo potencial.”… ¡Así de sencillo!
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador