Indicador político
LA FAMILIA, CASTILLO DE LUZ
La familia es un refugio fortificado, lleno de luz donde el hombre mortal puede protegerse contra el tsunami del crimen, barbarie, soledad y todos los peligros.
La familia es una realidad primorosa, esplendorosa como el castillo mágico que protegió nuestros primeros pasos y donde se gestaron nuestros más bellos y tiernos recuerdos.
La familia es una obra maestra de la sabiduría eterna para acoger la vida humana, tutelarla, educarla, hacerla florecer y dar sabrosos frutos. Es la creación de la sabiduría infinita y del poder infinito.
La familia se encuentra íntimamente ligada al matrimonio, la alianza original y definitiva entre un hombre y una mujer con la sublime misión de conservar la especie sobre el planeta, transmitirla vida. El hombre acata la forma matrimonial que viene de la naturaleza y del Creador. Como el hombre no puede crear la vida ni sostenerla un solo instante, tampoco puede modificar sus leyes naturales y divinas.
La familia es el dulce hogar que hace hombres seguros de sí mismos, maduros; es matriz, es castillo de la niñez, es autopista de granito que acompaña y guía toda la vida. Es la escuela y estadio donde se forman héroes, campeones y santos, capaces de dar amor y felicidad, capaces de servir gratuitamente, de construir un mundo de perdón y fraternidad, de armonía, bienestar.
La sana relación en casa crea el ambiente con sabor a edén original que marca al hombre para toda la vida y para la eternidad, que fortifica e inmuniza contra la depresión, la soledad y el suicidio.
Es como barco moderno que navega seguro en un mundo de aguas cambiantes, contaminadas, con fuerzas desencadenadas y descontroladas por el cambio climático, amenazantes y por la desaparición de los valores morales y trascendentes.
En el mundo de hoy, al lado de noticias inmundas, turbulentas, terribles, hay acontecimientos muy bellos y puros que se refieren a la familia donde aparece esta institución en su verdad transparente, en su grandeza y hermosura. Así es el encuentro que se desarrolla del 21 al 27 de septiembre en Filadelfia, Estados Unidos. Ahí se dan cita familias de todas las razas y continentes. La idea es herencia del carismático Juan Pablo II y es organizada cada tres años por el pueblo de Jesucristo que peregrina en el mundo, por la Iglesia Católica.
El mensaje luminoso del Encuentro mundial de las Familias.
El buscador Google, les da la página del Encuentro, www. Familyworldmeeting. Com. La información es entusiasta, gozosa, con buena mercadotecnia, lo mismo que la organización del encuentro. Se irradia un ambiente brillante, extraordinario, alegre,,desbordante de fiesta, con enorme riqueza humana. Un placer exquisito para el ser integral del hombre, para su espíritu que busca deleites de fina calidad, hondos, intensos, de otra índole.
Tiene un lema que destila luz, que presenta el matrimonio y la familia en su grandeza maravillosa, única, “la familia que experimenta el gozo de la fe, espontáneamente la comparte, es la sal de la tierra y la luz del mundo, levadura de un mundo nuevo”, según la expresión del Papa Francisco.
La familia basada en la alianza única e indisoluble del matrimonio pertenece al orden de lo más valioso que tenemos, de lo sagrado. Los participantes en el encuentro se sienten :“llamados a reunirnos de todo el mundo en la celebración de la familia, el santuario de la vida y el amor”.
En una civilización que no es dada a grandes discursos y explicaciones complicadas sino a mensajes directos, sencillos, vivos, los organizadores han pensado en transmitir e irradiar la riqueza y esplendor de la familia en una forma que gusta hoy, en un espectáculo.
A lo largo de la semana han proyectado conocidas películas relacionadas con el tema en el Festival del Cine.
El sábado se celebra el Festival de la Familia. Es una manera agradable de presentar la familia, con una fiesta. En ella participan grandes personalidades del show business.
Es un gran espectáculo que ha podido seguirse por Radio Católica Mundial de la conocida empresa EWTN.
Los participantes tendrán un gozo exquisito, que no llega todos los días con la presencia del Papa Francisco. En su peregrinación a Cuba y Estados Unidos, el papa de la sencillez y sentido común ha proclamado el Evangelio. Este es anuncio de los valores, aciertos del hombre y también denuncia de los atentados contra la dignidad del hombre y su casa grande, como la libertad humana y la protección de la casa grande de todos, como la devastación de la naturaleza con el cambio climático consecuente.
La presencia del Papa que le da un toque deferente al ambiente, etéreo, único, es un privilegio para los participantes.
El festival de la vida y de la fe culmina en la celebración de la presencia de un Señor de grandeza única, con nada comparable, Jesucristo, el Hijo de Dios, hecho hombre.
El domingo, en una celebración multitudinaria presente en Filadelfa y seguida por millones de personas a través del mundo en la transmisión multimedia, el Papa preside la Cena del Señor, el memorial del sacrificio que libra de la corrupción e injusticia y da gloria al Padre del cielo, el único Dios.
Se termina el festival de Filadelfia pero habrá vida nueva, nueva energía para muchas familias que viven el amor fiel en la familia, levadura de una nueva sociedad.