Teléfono rojo
En el marco del 15 de mayo Mexicanos Primero felicita la labor de cientos de miles de maestros mexicanos que, en condiciones de adversidad, tienen a su cargo conducir el aprendizaje de los niños y jóvenes del país.
Reconocemos que no es fácil ser un verdadero maestro en México, pues la excesiva burocracia, la intromisión de la política partidista y la corrupción, por no mencionar las condiciones sociales del entorno, dificultan su labor. Por ello, aplaudimos que la mayoría de los maestros remontan la adversidad y cumplen con su labor día con día, mostrando un claro sentido de vocación social y de servidor público honesto y esforzado.
Los auténticos maestros son los más afectados por la corrupción y desorden que cunde en el presupuesto educativo: quedan recortadas sus propias condiciones salariales, se reducen sus oportunidades de preparación, se tambalea el avance por méritos, su lugar de trabajo permanece inadecuado y precario, e inclusive se daña el prestigio social y el buen nombre de los docentes.
Para dignificar y enaltecer la labor de esos maestros, Mexicanos Primero demanda que los 35 mil millones de pesos que se destinan, año con año, a los más de 298,000 pagos irregulares que se captaron por el Censo, se utilicen, en cambio, para mejorar los salarios y la capacitación de los verdaderos maestros.
Con esa cantidad de dinero se podría establecer un salario mínimo docente de 17 mil pesos mensuales, asegurado para cada maestro de México. Otro modo de usar ese recurso sería multiplicar por 80 la cantidad de recursos que se aplican año con año para la capacitación de los docentes. Cada maestro y director de escuela podría recibir hasta 3 diplomados cada año con ese dinero.
Más allá del buen uso del recurso será imposible dignificar a la escuela pública y a sus maestros si no se combate la corrupción que actualmente impera en el sistema educativo. Se invita a todas las organizaciones sociales y a cada ciudadano a consolidar un movimiento nacional anti-corrupción, denominado ¡Fin al abuso! Tanto ciudadanos como personas morales podrán sumarse a través del portal www.finalabuso.org
Algunas de las muestras de avance que se exigen al Gobierno Federal, Gobiernos Estatales y sindicatos son:
1. Hacer accesible las bases de datos del Censo a cualquier ciudadano que quiera consultarlas, de manera que se pueda corroborar el tamaño del problema así como su eventual solución caso por caso. La información que pagaron los contribuyentes no debe quedar fuera del alcance de los contribuyentes
2. Poner orden en la nómina magisterial, y presentar pruebas de que se pagan únicamente los sueldos de quienes sirven a los niños y niñas de México (maestros, directores, supervisores…) y que se dejó de pagar a quienes lucran del presupuesto educativo sin servir en las escuelas (aviadores, comisionados, líderes sindicales…).
3. Echar a andar el Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED), mantenerlo actualizado trimestralmente a nivel de cada escuela y docente, y hacerlo accesible a la ciudadanía.
4. Excluir del FONE (Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo), mismo que se pondrá en marcha el 1o de enero del 2015, los 298,000 pagos que el Censo ubica en el supuesto del artículo 78 de la Ley del Servicio Profesional Docente.
5. Conciliar definitivamente todas las plazas, tanto las de pago federal como las de pago estatal, para asegurar a los ciudadanos y a los propios maestros que no se volverá nunca a “esconder” las vacantes definitivas y que definitivamente se impedirá cualquier futuro intento de “basificación”, cumpliendo con la Constitución que establece que todo ingreso y promoción en el Servicio Profesional Docente implica una evaluación pública de los aspirantes. Todas y cada una de las plazas deben tener plena transparencia, clara función educativa y estar abiertas al escrutinio inmediato.
Mexicanos Primero también demanda el fortalecimiento de las instancias de auditoría y contraloría, a nivel nacional y local, para evitar este tipo de desorden y dispendio en el futuro.
Los maestros auténticos ven agravada su carga laboral y disminuidos sus ingresos por estos miles de pagos irregulares.
Los maestros merecen un reconocimiento que no se acabe con una fiesta barata de un solo día del año, sino que en justicia se les debe pagar como corresponde a la alta responsabilidad y vital servicio que ofrecen al bien público. Apreciarlos de verdad implicar resolver esta injusticia presente, y darles certeza de un desarrollo sin compadrazgos, sin deshonestidad y basado en el esfuerzo reconocido por todos.