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JIQUILPAN, Mich., 30 de noviembre de 2018.- El amaranto no solo es una alternativa alimenticia por su riqueza proteínica, sino además ha demostrado ser un auxiliar en los tratamientos de diabetes en adultos mayores, señaló María Antonieta Ochoa Ocaña, investigadora asociada C de la UAER-Co-Hu-UNAM, quien durante un año trabajó este tema en el municipio de Cojumatlán y aplicó sus resultados con la población de Sahuayo a través de un programa del DIF municipal.
Promotora incansable sobre el uso, cultivo, aprovechamiento y consumo del amaranto, Ocaña explicó que durante 2015 y 2016 se realizó un trabajo de investigación en Cojumatlán, en donde la propuesta principal y alternativa de nutrición sería el amaranto.
De este trabajo de un año se desprendieron talleres y cultivos que aún funcionan, además de la comprobación de la planta y su producto como alternativa en el tratamiento de la diabetes en el caso de adultos mayores, que ante la evidencia y resultados, el mismo el programa fue aplicado en el municipio de Sahuayo en coordinación el DIF y hoy se encuentra a la espera de su nueva aplicación.
La investigadora ha sido un factor importante de denuncia también, pues mientras estaba realizando el programa de amaranto en Cojumatlán, también detectó la afectación que produce el uso de plaguicidas en la población de ese lugar. En este momento y una vez hechos los exámenes correspondientes, dijo: “hicimos un estudio generalizado sobre el efecto de los plaguicidas sobre las células, es decir, a través de este estudio se mide el daño al DNA; después de esto, nos enfocamos a determinar los organoclorados y la relación que guardan con la diabetes”.
El resultado fue que la zona de trabajo, y por consecuencia el municipio, “sí tiene un alto riesgo de daño celular por la acción de los plaguicidas; a partir de estos resultados se sugiere que haya un control en cuanto al uso de los plaguicidas en general; en un control biológico de plagas como una alternativa y recomendando a la gente que salió con los niveles altos de lo que se midió a través de este estudio molecular una dieta alta en antioxidantes”, que desde luego incluía el amaranto.
El estudio realizado en esta población fue de carácter preventivo, “esto con la finalidad de decir a la gente de esta localidad que estaba aún a tiempo de modificar ciertos patrones de vida para evitar un problema de salud mayor como diabetes, cáncer, problemas neurológicos, renales, hepáticos generados por acción de estos plaguicidas”.