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MORELIA, Mich., 23 de julio de 2017. – “El cambio de uso de suelo para actividades agropecuarias es el principal reto que enfrenta Michoacán” y ya no es únicamente el aguacate, la demanda de las berrys, la guayaba y hasta la ganadería amenazan al medio ambiente.
“El cambio provoca la disminución, en cantidad y calidad, de los servicios ambientales que los ecosistemas naturales proporcionan. Hay una pérdida de diversidad biológica, de la captación de agua de lluvia que sirve para el establecimiento de sistemas productivos y que es llevada para consumo a las ciudades”, refirió en entrevista exclusiva para Quadratín el director de la Unidad Ambiental de la Secretaría de Seguridad Pública, Nicolás Mendoza Jiménez.
Asimismo, a lo largo del año que lleva conformada la unidad se ha detectado que al medio ambiente lo amenazan los pesticidas y químicos prohibidos utilizados en los sistemas productivos, no obstante, que ya han sido prohibidos o dejados de usar por los aliados comerciales de Michoacán y México.
Por ello también la iniciativa de la formación de la unidad especializada en detectar delitos ambientales y que van desde inhibir la tira de residuos peligrosos en zonas que no han sido destinadas para ello, como para prevenir y erradicar la tala ilegal, cambio de uso de suelo y protección a las distintas especies animales.
La Policía Ambiental comenzó con poco más de 60 agentes, hoy día cuenta con 90 y se espera que al final del 2017 se tengan 100 y 400 para cuando termine la administración del gobernador Silvano Aureoles Conejo.
“Al incrementar la plantilla se van a poder establecer unidades ambientales en otras regiones porque el cambio de uso de suelo no solo es en la franja propicia para la producción de aguacate, también en el Occidente para la producción de berries, el Oriente con la guayaba y en Huetamo y Tierra Caliente para la ganadería, lo mismo que la Sierra Costa” acotó Mendoza Jiménez.
Es merecedor de mencionar que la Unidad Ambiental se perfila a convertirse en la primer policía de su clase certificada y reconocida a nivel nacional, realidad en lo que ha influenciado que más del 80 por ciento de sus integrantes tengan estudios de bachillerato técnico o profesional relacionados al medio ambiente y ciencias agropecuarias.