Convento Franciscano del siglo 16, a unos minutos de Morelia
MORELIA, Mich., 30 de marzo de 2022.- Es probablemente el segundo pueblo originario más grande que habitó en el Michoacán prehispánico, habitando la región Centro, Oriente y Sur, sin embargo, al no ser el grupo en el poder, el estudio de toda su sociedad y manifestaciones ha sido relegado, es el caso del pueblo matlatzinca, antiguos aliados del emperador Characu que hoy, es un pueblo olvidado y casi extinto.
Códices como La Relación de Michoacán, los de Cutzio y Huetamo, el cronista fray Diego de Basalenque y estudiosos contemporáneos los citan de manera reiterada, que el pueblo matlatzinca tiene sus orígenes en el Valle de Toluca y durante un tiempo fueron aliados de los aztecas, sin embargo, al sufrir agresiones por parte de sus aliados, comenzaron la migración.
Se tiene identificado que los emperadores purépechas Characu y después Tzitzic Pandácuare, les permitieron el asentamiento en el actual territorio de Tarímbaro, Charo, comunidades como Jesús del Monte, Santiago Undameo, Santa María de Guido, Tiripetío, en Morelia; Zinapécuaro, Queréndaro, Hidalgo (antes Taximaroa), Maravatío, Tzitzio, Carácuaro, Nocupétaro; Huetamo, Indaparapeo, Jungapeo, San Lucas y hasta el actual estado de Guerrero, Cutzamala, Coyuca y Asuchitlán, en el bajo Balsas, donde tenían huestes peleando contra el gigante azteca.
En ese amplio territorio habitado por los guerreros más férreos de su época, extraordinarios en la defensa del territorio tarasco contra los invasores chichimecas y mexicas, no se encuentran estudios sobre su estructura social prehispánica, sus manifestaciones artísticas, construcciones, centros ceremoniales o vida cotidiana, todo parece indicar que lo “no purépecha”, no es motivo de interés de quienes llevan la batuta en política pública aplicada al estudio de los pueblos originarios de Michoacán, ello explicaría lo relegado en que se encuentran y la tendencia a desaparición de su lengua y falta de programas que la rescaten, promuevan su aprendizaje y la abordan desde la perspectiva académica.
En entrevista con Ramiro Aguayo, arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), comentó que “a nivel arqueológico hay un vacío, el pueblo purépecha o tarasco se tienen bien definidos, pero en el caso de lo pirinda no; es que a nivel arqueológico no sabemos nada”, recalcó.
“No está claro porque la arqueología de Michoacán se ha concentrado en lo purépecha, en lo dominante. Si tu revisas trabajos sobre culturas como Chupícuaro, pasan por un proceso de destarasquización, quizás no es lo adecuado, pero se identifica como eso no tarasco o no purépecha. Ese es uno de los grandes problemas es que mucha de la información parte más del documento histórico y a nivel arqueológico no”, agregó el experto.
Sin embargo, no se trata de la no existencia de los monumentos históricos precolombinos matlazincas, sino que podría tratarse de la falta de inversión pública y privada en el rescate de sitios históricos de este pueblo.
Solo en tres municipios de los que se tiene noticia habitaron, se cuentan con alrededor de 250 sitios históricos a la espera de ser sujetos de excavación, de esto 145 están en Huetamo y cinco en Charo, donde ha quedado claro por los documentos históricos eran reconocidos como asentamientos del pueblo matlatzinca o pirinda, de acuerdo a información de la Plataforma Nacional de Transparencia.
Señala en su crónica Fray Diego de Basalenque “la gente deste pueblo no es tarasca, y es de una lengua singular que se llama pirinda, por estar enmedio de los tarascos, y por otro nombre se llaman matlaltzinga trayendo la denominación de Toluca, de a donde vinieron, y a los cuales los mexicanos llamaban matlaltzingas, porque les hacían las redes con que ellos pescaban en su lengua… (sic)”. (Historia de la Provincia de San Nicolás Tolentino de Michoacán).
Y si bien no se han concretado proyectos para realizar excavaciones en alguno de los municipios antes descritos, si se han logrado obtener piezas únicas que hoy visten la galería de esculturas en el Museo Regional Michoacano.