Convento Franciscano del siglo 16, a unos minutos de Morelia
Los planes de vida comienzan a alejarse de las grandes ciudades y las comodidades que ofrecen; los sueños ahora son por volver a la naturaleza y disfrutar de una vida sana así tengamos que cultivar nuestros propios alimentos.
El tiempo dejó de ser oro, lo convirtieron en pura vida quienes lo invierten en sus propios huertos y se dan el lujo de cosechar lo que se llevan a la boca, con la seguridad de que no les harán daño.
Uno de los hacedores de esos sueños es el Centro de Desarrollo Tecnológico (CDT) de los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) y su instructor David Bautista Gutiérrez quien, de manera vivencial, muestra cómo hacerse de un huerto de productos limpios de cualquier contaminante.
Mónica Blancas, es una profesora convencida de que “somos lo que comemos” y de que algo estamos haciendo mal y es necesario cambiar, razón por la que acudió a uno de esos talleres.