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LOS REYES, Mich., 18 de febrero de 2014.-El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, propuso este martes a los productores de maíz un mecanismo de compra directa del grano que les otorga 3.2 pesos por kilogramo.
Los productores calificaron de insuficiente el ofrecimiento, pero aseguraron que esta mejor que los 2 pesos que les ofrecen los intermediarios.
El gobierno del Estado y Diconsa firmaron un convenio para que los productores vendan a la institución su producto para ofrecerlo a los beneficiarios de programas alimenticios en 4.5 pesos.
La idea, dijo, el funcionario federal es la de efectuar transacciones directas, que garanticen beneficios mutuos, sin intermediaríamos.
Los productores encararon que a pesar de la mejora del precio, la producción del grano no es costeable para ellos, pues apenas y se logra recuperar la inversión de insumos y semillas.
Caso aparte fue el de las comunidades indígenas de la zona, quienes se quejaron que en dichos lugares, el cultivo de grano es más para autoconsumo, con lo que quedan fuera de estos beneficios.
Por enésima ocasión, Osorio Chong rompió los protocolos y se dirigió de frente a los ciudadanos para escuchar de viva voz la opinión de las propuestas federales.
Escuchó a productores, platicó con mujeres.
Se flanqueó del gobernador, Vallejo y de la secretaria, Robles. También del Comisionado, Castillo. Los tiros eran directos. Quería estar al tanto de las demandas. Fue más allá del mero acto protocolario.
“La indicación del Presidente, Peña Nieto es que los escuchemos, que estemos al tanto, que propongamos juntos y encontremos soluciones”, les decía.
Se dirigió a todos los rincones del salón.
A todos escuchó con atención. A todos los respondió.
La oferta la estableció a través de la figura de los nuevos comisionados que estarán permanentemente en Michoacán para atender toda la agenda presidencial.
“Es una cuestión de confianza entre gobierno y sociedad”, sostenía.
Y más allá del protocolo hubo quien lo tuteaba y le manifestaba que también los productores de temporal necesitaban recursos y apoyos.
El inquilino de Bucarelli no se molestó, no se inmutó. Escuchó paciente.
Lo de “señor secretario” se quedó en la oficina.
Aquí escuchó a los indígenas que no querían más subsidios, sino mecanismos de ingreso y proyectos de desarrollo que permitieran la sustentabilidad de las comunidades.
Otros más le demandaron apoyos técnicos para los productores y los más atrevidos, que las multicitada Cruzada Contra el Hambre no fuera ficticia.
Es la segunda ocasión que Osorio rompe los protocolos. Lo hizo en Uruapan, lo hizo en Cherán y lo repartió aquí.
Palmas extendidas, fotos, besos, abrazos. Decenas de gracias.
Rompe su propio cerca de seguridad. Sus hombres deben duplicar sus esfuerzos para contener las efusividades. Se sale de la ruta, regresa y abraza a ancianas indígenas, a quien le tienda la mano. A campesinos, al estudiante, no importa.
Es una política de mucho acercamiento social, de mucho calor humano.
Pareció ver que a Michoacán la faltaba el apapacho de la federación.
Un beso para una pequeña de escasos 10 años.
Y palabras de aliento para la infanta a que estudie.
Osorio Chong ya se hizo a la idea de que esta cruzada le dejará un fuerte selló michoacano.
Y que sobrará sexenio para muchas, muchas visitas más.