Luis Felipe Reynoso/Quadratín
MORELIA, Mich., 13 de octubre de 2017.- Cuando de estética se habla, importa la cultura e importan los conceptos. Llama la atención que al artista visual michoacano, Pablo Querea Gutiérrez, le resulte más fácil exponer fuera del país que en el territorio nacional. Este año su obra ha sido seleccionada para participar en cuatro certámenes internacionales de gran calado, pero sospecha que por su estética, lo han botado de todas las nacionales.
Querea Gutiérrez llega al café acompañado por un amigo; ha quedado de reunirse con dos reporteros. Con 30 años de edad, el artista se dedica a las artes visuales con especialidad en dibujo y en estampa, por ahora lo que está haciendo tiene que ver con la gráfica.
“En este mes, entre mediados de octubre y el primero de noviembre, voy a estar en dos exposiciones de certámenes Internacionales de gráfica; una en Rusia, en la ciudad de Kazán, y otro en la ciudad de Berlín en Alemania”, cuenta en una entrevista, entre el ruido de la música y la gente murmurando sus cuitas.
Relata, sin pedirse un café, que durante mayo fue seleccionado para participar en Serbia, específicamente en la Trienal Internacional de Artes Gráficas de Serbia, que se realiza en Belgrado; y que tuvo una mención honorífica en la Tercera Bienal Awagami International Mini-Print Exhibition 2017 en Japón , lo que llevará a que, del 7 al 29 de octubre, el Museo Awagami’s Hall of Awa exhiba una de sus obras.
El artista, de facciones indígenas y cabello largo, cuenta que él nació en Uruapan, pero su familia pertenece a la meseta purépecha; él se considera purépecha, es por ello que con constancia sus obras reflejan lo que se vive en las comunidades, a las personas que cruzan su vida.
A nivel estatal ha ganado casi todos los certámenes. En 2010, participó en el Encuentro Estatal de Pintura y Estampa Efraín Vargas, en categoría de artes gráficas, la ganó en grabado. En el 2012 ganó el premio del Salón Estatal de la Acuarela, y reconoce que únicamente le falta ganar la Bienal Nacional de Pintura y Grabado Alfredo Zalce.
En cuanto a eventos nacionales, dice que ganó en 2014 el Premio Especial Francisco Toledo en el Encuentro Nacional de Arte Joven, “fui el primero en ganarlo”, asegura. Pero fue la última vez en casi tres años; “no he tenido ni siquiera una selección en ningún certamen nacional, eso es bastante raro”, señala.
Y más aún porque en 2016 tuvo varias selecciones; fue el único seleccionado en una Bienal de Rumanía, también fue seleccionado en otra en Polonia, y además fue finalista en una bienal de España, “me botaron de todas las nacionales y creo que tiene que ver un poco con la estética que manejo”, sospecha.
Entre el ir y venir de músicos, vendedores y niños que piden dinero, el artista visual explica que su estética está basada en varios conceptos. El primer concepto con el que trabaja tiene que ver con la violencia, y de ahí se fue desprendiendo hacia el dolor, “las imágenes que trabajo casi siempre centrado en el retrato”, asegura, y explica que el retrato es una técnica que toma la parte del cuerpo que más expresividad tiene, “donde puedo representar las emociones, estas categorías”, argumenta.
Explica que sus obras tienen que ver justo con el retrato, y en este momento tienen que ver con el dolor, “que es consecuencia de la angustia que vivimos en este momento por la violencia misma, por eso se desprende de ahí, de la incertidumbre de no saber hacia dónde vamos o incluso la incertidumbre de saber si vas a vivir hoy o mañana”, reflexiona.
Manifiesta que muchas de sus series se llaman imaksï, palabra purépecha que en castellano significa aquellos, “siempre les pongo un subtítulo que dice: ‘ojalá que sean aquellos y no yo los que mueran’, entonces tiene que ver mucho con la muerte, con el dolor, con la violencia”, manifiesta.
Se le cuestiona si no lo seleccionan en México porque no se quiere mostrar lo que pasa, o porque se prefiere otra estética. Cuenta que en donde siempre ha sido seleccionado desde 2013 hasta la fecha, es en el Encuentro Nacional de Arte Joven, sin embargo en algunos concursos de gráfica sí tienden a ser bastante tradicionalistas y muy folkloristas incluso, señala, y remata: “sí tiene que ver un poco, no sé si con lo que se quiere decir o con los jurados que llevan, que tienen como esa inclinación estética o inclinación por el gusto folklórico”.