Libre expresión
Aquello amenaza que expresó en Donaldo Trump relativa a que, si el resultado electoral le era adverso demandaría un recuento electoral –casilla por casilla y voto por voto – se cumplirá, pero no es una acción demandada por Hillary Clinton, ex candidata presidencial por el partido demócrata – aunque está muy presionada por expertos informáticos y abogados especializados en leyes electorales, que creen haber encontrado indicios de que los resultados en los estados pendulares – que no tienen una definición partidista y que hoy puede ganar uno y mañana puede ganar el otro, como Wisconsin, Michigan, Pennsylvania y consideran que o podrían haber sido hackeados o bloqueados y manipulados por un servidor ruso (¡de película!) -, mucho menos por Donaldo Trump, hasta el momento candidato presidencial electo.
A poco más de 2º días de haberse realizado la elección en los Estados Unidos, las autoridades del estado de Wisconsin, confirmaron que, a petición de la candidata a la presidencia de la República por el partido Verde, Jill Stein, se llevará a cabo el recuento electoral por “sospechas de posible manipulación de los resultados electorales”.
El administrador de la Comisión Estatal Electoral, Mike Haas, informó que minutos antes de que venciera el plazo constitucional para presentar la demanda, la candidata Stein la entregó. La candidata Stein quiere asegurarse de que los ciberpiratas no alteraron los resultados electorales y que ACTUABA DEBIDO A EVIDENCIAS IRRESISTIBLES DE ANOMALÍAS EN LA VOTACIÓN Y
QUE EL ANÁLISIS DE DATOS HABRÍA INDICADO DISCREPANCIAS SIGNIFICATIVAS EN LOS TOTALES DE VOTOS.
Aunque dicen que en cuestiones policíacas y políticas no existen las coincidencias, un grupo de informáticos y abogados, entre ellos el reconocido activista por los derechos civiles, John Bonifaz, y el director del Centro para la computación, seguridad y sociedad de la Universidad de Michigan, Alex Halderman, afirmaron que ENCONTRARON VARIOS INDICIOS DE QUE LOS
RESULTADOS PODRÍAN HABER SIDO MANIPULADOS EN LAS ENTIDADES DE WISCONSIN, MICHIGAN Y PENNSYLVANIA – los tres estados en los cuales Hillary Clinton confiaba en su triunfo y que, desconcertantemente, resultó en su contra muy atípicamente, perdiendo contra todo pronóstico.
En Wisconsin la controversia se centra en aparentes victorias desproporcionadas para el republicano Donald Trump, en condados donde se utilizó el voto electrónico, comparados con aquellos que usaron boletas de papel. (Esto, luego de que durante la campaña electoral, la Dirección de Inteligencia Nacional y el Departamento de Seguridad Nacional informaran que algunos estados habían sufrido ciberataques en sus sistemas electorales, provenientes de un servidor ruso).
Prácticamente a menos sesenta días de la fecha constitucional de ungimiento y toma de protesta del próximo presidente de lao Estados Unidos – 20 de enero de 2017 – se presenta esta situación jurídica que pone a prueba las instituciones republicanas constitucionales de los Estados Unidos y su formato y prácticas electorales y su sistema democrático electoral.
¿Qué pasará?
En el remoto caso de que no haya una definición jurídica que, además, sea aceptable y creíble, por Donald Trump, ¿quién asumirá, provisionalmente la presidencia? ¿Hillary qué hará?
Ahora bien, en el caso de que se el recuento se haga y los votos se cuenten uno a uno y casillas por casilla, ¿le alcanzará Clinton para revertir el resultado?
¿Qué hará Trump?
¿Aceptará este resultado y quedará satisfecho o buscará el recuento en otros estados?
En su caso, ¿Todo lo hecho? ¿Las propuestas de designación en favor de Fulano, Zutano y Mengano? Finalmente estos movimientos sugeridos no son problema porque Donaldo Trump no tiene carácter constitucional. Aun no jura ni protesta cumplir y hacer cumplir la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica.
Finalmente parece estar muy cuesta arriba esta situación y muy difícilmente se revertirá el cómputo del Colegio Electoral, aunque es posible… ¡Lo que deben estar viviendo las dos camarillas!
Regresando a los escenarios de hoy, todo el mundo está apanicado por las declaraciones de Trump, pero deben recordar que una cosa es la campaña y otra, muy diferente es la acción de gobernar y administrar una nación.
Estados Unidos es un país de instituciones y sus poderes republicanos sí sirven de contrapesos entre sí y recíprocamente, recuérdese el caso Watergate contra Nixon – los poderes Legislativo y Judicial contra Richard M. Nixon y contra Bill Clinton: Su Ejecutivo hace solo y sólo lo que manda la ley – como Obama no tenía control de las dos cámaras muchas de sus iniciativas salieron como decretos o iniciativas presidenciales y fácilmente puede ser congeladas-desaparecidas-sobreseídas, si cabe el término.
Difícilmente cabría un ejercicio autoritario del Ejecutivo.
Sus afirmaciones sobre los Tratados Comerciales, para mí, son sólo eso. Es sumamente simple: son comerciantes y saben vender.
Los tratados se harán pero con clausulados que les convengan, preferencialmente.
No son tontos y saben su papel estratégico, desde todos los puntos de vista: comercial, político y militar y lo que está haciendo en este momento son tácticas de mercadeo internacional.
O, si lo desea ver así, está jugando sus cartas en la mesa del comercio mundial.
Ya lo dijo Barack Obama: Una cosa muy diferente es gobernar y otra muy distinta es la campaña. Yo lo viví y lo aprendí.