Echando puTrazos: autopartes
Los espejismos en la visita de AMLO.
Como ocurre cuando estas en el desierto muriendo de sed y de repente tras ese banco de arena aparece un oasis, corres de inmediato a tratar de beber agua y cuando llegas no hay más que más arena, es un espejismo, así fue la visita de Andrés Manuel López Obrador en Michoacán.
La verdad es que realmente no pasó nada con su gira y si por el contrario no se tuvo el impacto que sus seguidores esperaban, para Michoacán no es el “mesías” que el pueblo estaba esperando y más allá de los auténticos seguidores de Morena que nuevamente fueron ninguneados, las cosas siguen sin novedad en tierras michoacanas.
Incluso algunos se metieron en terrenos de arenas movedizas y están jugándose sus últimas cartas dentro de la política en Michoacán, incluso traicionando a su partido por tener tan solo una foto con el Peje.
Ante lo anterior se debe puntualizar lo siguiente:
-Las encuestas que daban un triunfo abrumador a López Obrador, cada vez se cierran más, ya no es el puntero en solitario y algo queda claro, que conforme se van dando las definiciones, las pretensiones del político tabasqueño de ser presidente de México se van desvaneciendo, obviamente se trata de fotografías del momento y para 2018 todavía falta, sin embargo, lo que se lee de estos ejercicios es que el suspirante de Morena va a la baja, en ninguna crece, la desventaja de ser el puntero.
-El ex candidato presidencial ha tenido sus triunfos, pero también sus derrotas en Michoacán, las buenas cuentas se las entregó Leonel Godoy cuando era Gobernador del Estado, pero frente a Peña perdió y en la última elección Morena creció, pero sin números sorprendentes, incluso solo pudo obtener un diputado, mientras que PT logró dos.
-Está claro que a López Obrador no le interesa Michoacán, sabe que es un bastión Cardenista y Perredista, por eso no se desgasta de más y en el proceso electoral incluso decidió como candidata a la gubernatura por un cuadro completamente desconocido, María de la Luz Nuñez Ramos, hizo a un lado políticos con mayor trayectoria que le hubieran permitido un mejor resultado, prefirió respetar y no entrar en el encono político; por el contrario esa campaña se hizo a costillas de militantes que creen en el proyecto y a los que nunca se les pago nada, a muchos ni las gracias les dieron.
-Precisamente una queja constante de los militantes de Morena, es que de nada sirve el trabajo en el partido, porque siempre de último momento llega un “arribista” y es el que cosecha la labor de todos; pero además los pocos perredistas que se fueron a Morena para seguir el proyecto de López Obrador, muchos regresaron al sol azteca, el caso más claro Fabiola Alanís, porque allá no cumplieron, sino tienen espacios para su gente menos para los más nuevos.
-El respaldo de Fidel Calderón, de Juan Pablo Puebla, del denominado FAP estaba más que cantado, el diputado federal sabe que está muy lejos en el PRD de poder cumplir su sueño de llegar al Senado, su expresión es muy pobre y se encuentra muy disminuida, entonces está aplicando una máxima en política cuélgate del puntero, lo que sacará probablemente será su candidatura, pero los perredistas que se dejen engañar por el canto de las sirenas se quedaran bailando en la loma, porque de algo pueden estar seguros no hay cabida para todos, ni mucho menos serán candidatos en el 2018 ya hay muchos formados en la fila y tienen derecho de antigüedad.
-Si hoy fueran las elecciones los supuestos mil perredistas que le sumo en su bienvenida Fidel Calderón a López Obrador, son mil votos que no le sirven de nada ni en Michoacán ni el país, además muchos ni perredistas eran y son las cifras que el diputado mencionó, la pregunta aquí es Andrés Manuel con la experiencia que tiene le compró esos espejitos, no creo.
-Curiosamente López Obrador habla de alianzas y sumar a las izquierdas, pero solo si es entorno a su figura, demostrando que sigue siendo el mismo autoritario que lo ha hecho denunciar fraude, ser el presidente legítimo y ahora la única esperanza de México.
Contextualizo todo esto porque era necesario, vámonos sin espejismos, sin estridencias, además vienen grandes sorpresas y una de ellas que por supuesto que no es que el presidente Enrique Peña Nieto, le entregue la presidencia bajo ninguna circunstancia a López Obrador en el 2018, esperemos no hay porque adelantarse a los tiempos.