Máynez, el instrumento
Es innegable la enorme prioridad que constituye la transformación del sistema educativo estatal para México y para Michoacán. El compromiso de las máximas autoridades es manifiesto, a la par que la legislación aplicable en la materia lo exige.
Específicamente, se comienzan a observar las acciones tendientes a la regularización del sistema educativo estatal, en donde cundía la total ausencia de rectoría. Resulta entonces, sumamente positivo que se observe un cambio de actitud acompañada de los primeros pasos hacia la calidad educativa.
Es en este sendero en donde resulta de especial atención el factor tiempo, ya que independientemente de las buenas intenciones y acciones, es preciso fijarse metas, indicadores y plazos para lograrlos. Especialmente en un sistema educativo como el michoacano, en el cual la coyuntura y las incidencias son constantes y los grupos de interés al interior reclaman atención y recursos de parte de la autoridad mediante el asedio incesante.
De suyo, resulta complicado lograr atender cabalmente los asuntos cotidianos que colocan los grupos de presión incansablemente en la agenda de los funcionarios del sector educativo, pero mucho más importante es generar las condiciones organizacionales para resarcir el rezago acumulado durante décadas, a la par que lograr que impere la regularidad en todos los procesos de la Secretaría de Educación en el Estado, muchos de los cuales han estado soslayados, omitidos o completamente torcidos para favorecer intereses aviesos.
Aunado a lo anterior, la legislación aplicable en materia educativa impone plazos para muchos de sus preceptos, existiendo ya calendarización nacional para cumplir lo mandatado. Michoacán se ha quedado rezagado en el cumplimiento de la normatividad, por lo cual es imperativo redoblar el paso para engancharnos al resto de las entidades federativas, con lo cual nuestros niños, jóvenes y maestros serán los principales beneficiados, ya que estarán en igualdad de circunstancias respecto a sus pares nacionales, lo cual lamentablemente no ocurre al día de hoy. Por citar un ejemplo, un alumno michoacano que ingresó a sexto de primaria, en promedio ya tiene 257 días de clases menos de asistencia a la escuela que un estudiante de una entidad en la cual sí se respeta el calendario escolar que establece la SEP.
Paralelamente, el desarrollo de los seres humanos también establece plazos: hay una esperanza promedio de vida al nacer, hay una edad promedio para ingresar a la escuela, para aprender a leer, para ingresar a la secundaria, para aprender cálculo diferencial e integral, etcétera. Debido a la finitud de la existencia de sus habitantes, es un compromiso de la mayor trascendencia por parte del Estado mexicano brindar todas las condiciones y garantías a su alcance para que cada persona se desarrolle integralmente de acuerdo con los estándares establecidos para tales efectos, debiendo ser el talento, el albedrío y la virtud los factores que distingan a cada ser humano en su biografía. Sin embargo, al permitir que las desigualdades sociales se generen y se multipliquen, el Estado pierde la rectoría del desarrollo mandatado en la Constitución Mexicana. Este indignante fenómeno se manifiesta de manera especialmente dolorosa en el ámbito educativo: los niños y jóvenes que por el solo hecho de haber tenido la desgracia de nacer en una comunidad que no cuenta con educación de calidad, están fácticamente condenados a percibir ingresos que los situarán debajo de la línea de la pobreza durante toda su existencia, con todas las consecuencias que se desprenderán de tal condición. En Michoacán esto ocurre especialmente durante la educación secundaria y bachillerato, donde miles y miles de estudiantes son expulsados del sistema educativo por no poseer las condiciones socioeconómicas ni los conocimientos necesarios para continuar su carrera académica. Si no se respetan los planes y programas de estudios ni la normalidad mínima que establece la SEP, los hijos de Michoacán acumulan un rezago que se convierte en cadena perpetua. Por ello es importantísimo lograr que todos los plazos se respeten en el sistema educativo estatal.
Por todo lo anterior es verdaderamente urgente que al interior de la SEE se contraten o se ratifiquen a los mejores profesionales para conformar la estructura de la mencionada dependencia, destacando su formación académica, su probidad y la inexistencia de conflictos de interés con los grupos fácticos que realizan actos de corrupción. Es preciso también que a la brevedad se unifique la visión y objetivos del mencionado equipo de trabajo. No perdamos de vista que ellos serán quienes habrán de lograr por todos los mecanismos legales a su alcance que se alcance la regularidad operativa, que exista control interno y desarrollo organizacional, a la par que se resarza el enorme rezago educativo, de infraestructura, equipamiento y normalidad mínima imperante en la entidad.
El tiempo es el factor más importante en este momento para hilvanar las acciones necesarias para tan altos fines, por lo cual cada paso que se dé tendiente hacia ello debe de servir de experiencia, razón por la cual la serie de movilizaciones que ha convocado la CNTE conjuntamente con los normalistas se deben de asumir como parte de la curva de aprendizaje que permitirá calibrar al equipo de trabajo en cuanto a confianza, capacidad y efectividad, encontrar debilidades orgánicas y emprender acciones correctivas al respecto, asumiendo que debe de haber una mejora continua en los resultados que se obtengan ante cada desafío que se le plantee a la autoridad, debiendo ser ésta mensurable y transparente ante la opinión pública.
Por la señalada magnitud de los retos y los plazos tan definidos para lograr resultados, la sociedad michoacana debe de arropar y respaldar al Ing. Silvano Aureoles y a la Dra. Silvia Figueroa Zamudio y su equipo en los pasos que den para lograr un saneamiento, regularización y transformación profunda del sistema educativo estatal, ya que el respaldo social será clave para generar un contrapeso ante las presiones que recibirán de parte de los grupos y redes que vean amenazados sus intereses al interior de la SEE. Esperemos también, que las acciones continúen acompañando al discurso para lograr los resultados que le cambiarán el destino manifiesto a generaciones enteras de michoacanos.
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