MORELIA, Mich., 19 de abril de 2019.- Aún no daban las 18 horas y la gente ya se comenzaba a agrupar en las inmediaciones de la avenida Madero, en el trayecto de Catedral hasta la avenida Acueducto, frente a la fuente de Las Tarascas.




Así atendían el llamado que año con año se hace en el marco de las celebraciones de Semana Santa con la tradicional Procesión del Silencio que caracteriza a Michoacán, y en particular a Morelia, pese a que el distintivo mayor nacional lo sigue acaparando San Luis Potosí.




Conforme la tarde avanzaba más gente llegaba a las céntricas calles; en los presentes se podían observar ciudadanos tanto de Morelia como de ciudades vecinas que destacaban además la belleza de los edificios históricos.


A los alrededores hubo quienes aprovecharon la aglomeración para ofrecer algunos productos como gelatinas, fruta, flanes, refresco, agua, pan y demás postres para mitigar el antojo mientras la caminata iniciaba.



Unos minutos después de las 19:30 horas se dio paso a la lectura en la que relataban el significado de esta procesión, antecedentes y sobre todo, pedir respeto a los presentes para que se desarrollara en calma esta actividad.


Fue entonces que el silencio se hizo presente, apenas roto por algunas voces infantiles y llantos de bebés cuyos padres presenciaban el recorrido religioso.




Una a una las cofradías fueron saliendo de la Calzada Fray Antonio de San Miguel hacia el primer cuadro de la ciudad; el sonido de los tambores en sentido solemne y las matracas irrumpían la tranquilidad de las calles ante la mirada de los asistentes.


Un paso a la derecha, otro paso a la derecha siempre con una breve pausa fue lo que enmarcó el avance de las cofradías, en un ambiente de paz predominando además el olor a copal y ya entrada la noche, la luz de las velas se hizo presente en las calles.



Los rostros cubiertos, los capirotes, el tono negro en la vestimenta y túnicas en color morado, blanco y rojo, fueron los constantes entre los participantes, así como las imágenes religiosas de Cristo y sobre todo de la Virgen de Dolores.


Al llegar a la Catedral moreliana el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias, como tradicionalmente se hace, le dio el pésame a la Virgen de Dolores por la muerte de Jesús en la Cruz, y tras permanecer unos minutos en la zona el contingente siguió su paso. Asimismo, se hizo sonar la Matraca Monumental, montada en la torre derecha de Catedral.



Las aproximadamente 2 mil personas que hicieron parte en esta actividad religiosa siguieron su camino hasta el Templo de Capuchinas.


Esta Procesión del Silencio en Morelia es la segunda más importante del país, después de San Luis Potosí, y este 2019 cumplió ya 43 años de haberse iniciado; en esta ocasión fueron 24 cofradías y con ellas 14 imágenes religiosas de finales del Siglo 16, como un Cristo de pasta de caña, Cristo de la Columna, Cristo Negro, el Niño Nazareno y la Virgen de Dolores.



Así transcurrió la tarde y parte de la noche de este Viernes Santo, por lo que los católicos se alistan para vivir ahora lo concerniente al Sábado de Gloria y posteriormente el Domingo de Resurrección.