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CIUDAD DE MÉXICO, 11 de septiembre de 2016.- El himno nacional sonó minutos antes de que miles de personas vestidas de blanco declararan la guerra al matrimonio igualitario en Guadalajara. En un arranque de patriotismo, la gente que se había citado en la Minerva, uno de los monumentos de la capital de Jalisco, puso un rostro solemne. Los sombreros se retiraron de las cabezas y se saludó a la bandera que ondeaba en un templete. De los altavoces no salieron las dos estrofas que suelen reproducirse, sino el himno completo escrito por Francisco González Bocanegra. Incluidas las partes que pocos saben: “Patria, patria, tus hijos te juran exhalar en tus aras su aliento, si el clarín con su bélico aliento los convoca a lidiar con valor”. Tras el himno volaron palomas blancas. Así arrancó la marcha del Frente Nacional por la Familia.
De acuerdo con información de El País, fueron dos kilómetros recorridos en más de dos horas. La convocatoria de decenas de asociaciones ultraconservadoras fue un éxito en este Estado donde el 92% de sus habitantes se dice católico, un porcentaje mayor al resto del país (83%). Como siempre, hubo un baile de cifras de asistencia. Los organizadores afirmaron que fueron 190.000 personas. El cálculo de Protección Civil fue menos optimista, de 60.000.
A pesar del músculo mostrado, el tono de la marcha fue pacato y comedido. Los asistentes cargaron miles de pancartas idénticas: “no a la ideología de género”, “hombre, mujer, familia debe ser”, “a mis hijos los educo yo”, “sin familia no hay patria”. El mensaje de repudio contra la propuesta del Gobierno de legalizar los matrimonios gais en todo el país se compactó hasta convertirse en un rezo más que un argumento. Además del blanco, predominaban globos azules y rosas con los que estas familias rechazaron la educación sobre diversidad que reciben sus hijos.