MORELIA, Mich., 27 de julio de 2018.- La sal y el azúcar son necesarios para el buen funcionamiento del organismo; sin embargo, consumirlos en exceso puede traer diversos daños a la salud o desencadenar enfermedades como la hipertensión o la diabetes.

Ciudadanos consultados por Quadratín compartieron algunas medidas preventivas que suelen adoptar en su vida diaria para evitar este tipo de padecimientos crónicos, ya que cada vez se presentan a edades más tempranas.

Guadalupe Valdés, dijo que en su familia se les enseña desde temprana edad a preferir el agua simple por encima del refresco o jugos embotellados, ya que la obesidad es otro de los padecimientos que se generan por los malos hábitos alimenticios.

“Todas las bebidas las consumo sin azúcar, como el café y agua. En realidad casi no como cosas dulces. En el hogar tratamos de usar sal de mar que se supone que es más saludable, a mis sobrinos les enseñamos a tomar agua simple y a evitar los jugos o el refresco”, mencionó.

Adán Cano, quien padece de diabetes, recomendó consumir de manera moderada el azúcar o utilizar sustitutos, sin abusar de ellos. “La sal también es muy dañina porque trae muchas consecuencias a nuestro cuerpo como retención de líquidos y consecuencias en el hígado y riñones”, agregó.

“Tengo muchos años de diabético y en lo particular me cuido y procuro evitar ese tipo de alimentos. Los médicos ya hablan sobre la diabetes infantil, así que hay que cuidar a los pequeños no permitiéndoles platillos muy azucarados”, aconsejó.

Patricia Valencia comentó que en casa, a raíz de que disminuyeron el consumo de alimentos ricos en azúcares, notaron que la higiene bucal de los más pequeños del hogar mejoró mucho, pues ya no padecen de caries.

“A mí me gustaba mucho el refresco de cola y lo tuvimos que sustituir por agua, desde hace como dos años. El azúcar refinada, la sustituimos por el mascabado. Yo que paso de los 50 años he disminuido lo que es la sal para prevenir algún problema de hipertensión”, apuntó.

Enrique García, admitió que por el estilo de vida que actualmente lleva le resulta complicado adoptar algún tipo de precaución a la hora de consumir los alimentos, a pesar de los riesgos que ello podría representar para su salud.

“A los papás aconsejarles que cuiden a los niños, que no les den tanto refresco. En mi casa somos un poco descuidados (en ese sentido), la verdad”, manifestó.