CIUDAD DE MÉXICO, 3 de septiembre de 2016.- Aunque lo lleve implícito en el nombre, realmente este destino no es un puerto en el sentido más técnico de la palabra, que se refiere a un espacio e infraestructura destinado al flujo de mercancías, personas, información y embarcaciones varias.

De acuerdo con El Economista, no se trata de un centro turístico integralmente planeado, como el vecino Huatulco, o de un Pueblo Mágico, como el todavía más cercano Mazunte, a tan sólo una hora de distancia. No, tampoco es, afortunadamente, la emproblemada capital oaxaqueña. Aquí no hay bloqueos ni toma de instalaciones, por más que también se padezcan los efectos devastadores de la mala imagen que dichos actos proyectan en la entidad.

Puerto Escondido no es hoy el balneario más concurrido del Pacífico. De hecho, en varias de sus playas ni siquiera es recomendable nadar. Pero cuenta, además de con las portentosas olas de Zicatela -reconocida como la tercera mejor playa en el mundo para surfear-, con las mansas aguas de Puerto Angelito y de la Playa Principal, de un ambiente muy familiar.

Más información El Economista