Confirma requerimiento del IEM para registro de candidaturas
MORELIA, Mich., 24 de noviembre de 2016.- La presencia de la Gendarmería Ambiental en el Llano de las Papas, en el Oriente michoacano, sumada a la participación de la Policía Ambiental, ayudará a disminuir la presión que la tala clandestina ejerce sobre la preservación de la reserva de la biosfera de la mariposa Monarca, explicó Ricardo Luna García, titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático (Semarnacc).
Luna García, tras la apertura del santuario de la mariposa Monarca El Rosario, en el ejido homónimo, explicó que las corporaciones policíacas efectuarán rondines periódicos de forma permanente, para evitar la extracción de madera ilegal de la zona, que se encuentra sujeta a procesos de recuperación de las áreas boscosas.
Agregó que en Ocampo se realizará una reunión con presidentes municipales de la zona oriente del estado, representantes de autoridades ambientales y corporaciones de seguridad, que comprenden a la Gendarmería y la Policía ambientales, para lograr la coordinación de los esfuerzos de protección de la reserva.
Recordó que en la región existen aprovechamientos forestales que cuentan con los permisos para la extracción de madera, por lo que los elementos de seguridad ambiental se enfocarán en la revisión de estos permisos, a fin de detectar la explotación ilegal.
Aseguró que estas acciones han contribuido de manera significativa a la reducción de las tasas de tala ilegal que se observaron en el sitio.
Mariposa Monarca, zona en recuperación
El apoyo de las comunidades que residen en las inmediaciones de la reserva de la mariposa Monarca ha sido fundamental, no sólo en la reducción de la incidencia de la tala clandestina, sino también en la recuperación del ecosistema que alberga en la temporada invernal al lepidóptero, procedente de Canadá, expuso Ricardo Luna.
Refirió que las autoridades y las comunidades han trabajado con “muchas ganas para que el bosque y el suelo se recuperen”, para lo cual se ha recurrido al aprovechamiento y la conservación de los recursos naturales.
Por su parte, Juan Manuel Miranda Mora, presidente municipal de Ocampo, extendió un llamado a “cuidar que el desarrollo y la naturaleza se produzcan en armonía”, para lo cual requirió del apoyo de las comunidades académica y empresarial, pero también de las poblaciones asentadas en las zonas protegidas, ya que “es de todos la responsabilidad de proteger el medio ambiente”.
De acuerdo con Mauro Ramón Ballesteros Figueroa, delegado en Michoacán de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la reserva se instaló en 1980, para en 1986 concretarse la adquisición de nuevos predios, lo que dio como resultado que la zona acumulase 93 propietarios, 59 ejidos, 13 comunidades indígenas, 21 pequeños propietarios y áreas federales y estatales.
En este entorno, los acuerdos de cooperación internacional, únicos en su tipo, entre Canadá, México y Estados Unidos, han permitido, a la par que los apoyos de la sociedad civil, “que ha buscado participar”, una vinculación en beneficio de la reserva y la protección del fenómeno migratorio, que junto con el viaje del pelícano borregón es considerado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) un patrimonio natural de Michoacán.