Paternidad en soledad: Luis Antonio es policía, padre y madre a la vez

MORELIA, Mich., 15 de junio de 2025.- Desde hace ocho años Luis Antonio puso una pausa a sus sueños y a su vida sentimental porque de un momento a otro paso ser papá y mamá, además de policía. Su hijo ya entró en la adolescencia, pero no pierde de vista una meta: terminar de construir su casa.
Luis Antonio es policía estatal desde hace 20 años, ingresó siendo un joven de 25 años y poco después se casó. Pero no todos los matrimonios son iguales ni llegan a ser para siempre, eso lo sabe Luis Antonio quien ahora tiene que trabajar, hacer los quehaceres domésticos, apoyarse en sus padres y guiar a su hijo que, a pesar de los años, sigue extrañando a su mamá.
Mi hijo tenía seis años cuando un día nos dejó su mamá. Ella le dejó el niño a sus papás, entonces fui yo por él y desde entonces yo tomé la responsabilidad de cuidarlo”, comentó en entrevista para Quadratín.
Ejercer la paternidad en soledad es complejo, en especial en un oficio donde la testosterona domina, que es, en su mayoría, hombres liderados por hombres rudos.
En ese contexto, Luis Antonio logró sobreponerse al abandono y pasar de papá a papá luchón. No entiende el contexto sobre ese calificativo, pero lo acepta.
Mi hijo tiene 14 años y sí, soy papá luchón. Lo entiendo como una persona que trata de sacar a su niño adelante”, añadió con risas nerviosas, no está acostumbrado a la cámara.
Luis Antonio es un hombre sencillo. De pocas palabras.
Quizás influido por su contexto social, su familia o el temor a la traición, Luis Antonio se refugió en su quehacer de ser madre y padre. Eligió no volver a casarse, tiene pareja, pero cada quien en su casa.
Yo no me volví a casar, tengo pareja, pero ahí la llevo, cada quien en su lugar, yo ahorita lo que yo quiero es sacar adelante a mi hijo, como dicen por ahí, primero mi hijo, luego mi hijo y ya después yo”, expresó con una risa nerviosa, algo sentimental.
La crianza de su hijo adolescente no ha sido fácil, y no solo por los cuidados o gastos, también por la carga cultural de las madres. A todos nos hace falta una.
Las expectativas de una mujer madre es de una fuente inagotable de amor y dulzura, constructo social-tal vez-. Y es justo donde a Luis Antonio todavía le falta, da su amor como él entiende el amor, pero hay fechas que lo doblegan.
El 10 de mayo es el día que más se me complica, por los eventos de la escuela, todos van con su mamá y él, mi hijo, no, y a veces ni yo puedo ir, porque tengo que trabajar. Mi hijo hace lo que puede, pero si llega con su cara triste a la casa. Hago lo que puedo, pero no puedo hacer mucho”, relató el oficial, vestido con su uniforme azul con una mueca de amargura.
Porque si bien su retoño vive con la ilusión del amor maternal y recuerda a su madre cada año, a su papá, Luis Antonio, nunca lo han celebrado.
Pero como él dice, “hace lo que puede”, se pone en el último sitio, solo después de su hijo y las necesidades de su hijo.
Un pendiente tiene en pausa, su casa. Pero no quita el dedo del renglón.
¿Un sueño pendiente?, pues mi casa, quiero terminar mi casa. Pero se ocupa mucho dinero”. Finalizó.