MORELIA, Mich., 21 de octubre de 2018.- En la Iglesia Católica es común la absolución por el pecado de matar a los no nacidos, pero no hay una estadística, porque ese pecado queda en confesión, afirmó el obispo auxiliar de Morelia, Herculano Medina Garfias.

El castigo cuando se comete ese pecado es la excomunión automática, sin necesidad de un proceso canónico, cuando la mujer es mayor de 18 años y decide interrumpir un embarazo, que anteriormente solo podían absolver los obispos, pero ahora ya lo pueden hacer los sacerdotes.

Esa sanción alcanza aun cuando la interrupción de un embarazo sea porque la mujer fue víctima de una violación, ya que a pesar de que las circunstancias sean adversas, en la concepción está la intervención de Dios, indicó el obispo en rueda de prensa.

“Aunque sea producto de una violación, debe prevalecer el derecho a la vida ya que no hay proporcionalidad entre una mujer víctima y un nonato porque la mujer no perdió la vida y se puede defender”.

Además, indicó que la mujer víctima de una violación no está condenada a pagar por un crimen que no cometió toda su vida, porque para eso existen instituciones a través de las que se puede entregar en adopción al infante, para que alguna familia lo ame y lo eduque.

En rueda de prensa, señaló que el aborto es un acto de egoísmo que la Iglesia Católica castiga con la excomunión, no solo a la mujer que lo realiza, a la pareja y a los padres por omisión o complicidad, a quienes lo practican como médicos y enfermeras y quienes legislan en contra de la vida.

Medina Garfias abordó el tema con motivo de las manifestaciones públicas que se realizaron el pasado sábado en diversas partes del país, incluida la capital michoacana, en defensa de la vida desde el momento de la concepción.

“Exhortamos a que se promueva siempre la vida frente a tantas amenazas por parte de una cultura de la muerte, que intenta instrumentalizar los derechos del hombre contra el hombre y contra la familia”.