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MORELIA, Mich., 28 de octubre de 2016.- La formación de islas de calor, provocada por la cercanía con grandes extensiones oscuras en las zonas urbanas, constituye uno de los principales problemas al resolver durante la restauración de un área verde, señaló Ricardo Luna García, titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático (Semarnacc).
Este obstáculo se ha presentado tanto en el cerro del Punhuato como en la Loma de Santa María, donde las islas de calor ocasionan la alteración de los patrones de la temperatura ambiental, lo que a su vez incide en los ciclos biogeoquímicos que se llevan a cabo en los ecosistemas, especialmente en aquellos que se localizan en las inmediaciones de la mancha urbana.
Luna García refirió que la isla urbana de calor formada en Morelia ha creado desplazamientos en las condiciones climáticas para la vegetación en el cerro del Punhuato, en donde una de las especies más características del matorral subtropical, el pochote, se puede establecer a través de reforestación a más de 150 metros por arriba del límite altitudinal de la especie.
Agregó que entre las necesidades de restauración identificadas para la Loma de Santa María se encuentra la vida reservación de la flora nativa, con lo que a su vez se fomenta la conservación de la fauna originaria de la zona; estas condiciones favorecen un proceso de adaptación ante las variaciones derivadas del cambio climático.
Para ello, se requiere controlar el impacto antropogénico en la naturaleza, a causa de incendios, pastoreo de ganado, actividades recreativas e intervención en zonas sensibles.
Asimismo, acciones que ayuden al control de la erosión y pérdida del suelo, control y reemplazo gradual de las especies exóticas, restablecimiento de una cobertura vegetal con especies nativas en las superficies dominadas por pastos, monitorear las poblaciones de especies endémicas y, en su caso, enriquecer las poblaciones para garantizar su viabilidad, señaló el titular de la Semarnacc.
Expuso que en la Loma de Santa María se cuenta con ecosistemas en buen estado de conservación que representan los tipos principales de vegetación del sitio: bosque de encino, matorral subtropical y bosque de galería, los que permiten contar con una referencia para la propuesta de restauración.
Sin embargo, el hecho de que la Loma de Santa María esté “prácticamente” rodeada por la mancha urbana hace que sea susceptible a cambios en el ambiente abiótico que crea condiciones atípicas para el establecimiento y desarrollo de la vegetación.
Ante ello, expresó, el plan de manejo ambiental publicado en el Períodico Oficial del Estado (POE) en el mes de septiembre enfatiza el control de los factores de disturbio que son producto de la actividad humana, ya que esto ayudará a la implementación exitosa del resto de las actividades de restauración y protección.