En riesgo el trabajo con cantera; altos costos y de materiales, afectan
MORELIA, Mich., 22 de junio de 2016.-Pocos kilómetros al sureste de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, se descubre un poblado llamado Ribera de Monte Rico, municipio de Chiapa de Corzo. La localidad se compone de alrededor de 200 viviendas de adobe y teja, que son en el hogar de aproximadamente seis integrantes por familia, las cuales tienen lo básico para subsistir, ya que las y los habitantes dependen de las actividades del campo (siembra de mango, elotes y café) con las que ganan un salario de 100 pesos diarios.
De acuerdo a información de un comunicado, la precaria situación económica y la falta de empleo han ocasionado que muchas familias vendan sus animales, dejen sus parcelas y busquen trabajo como jornaleros en otros estados o en Estados Unidos, pese a tratarse de un municipio “con fuerte identidad cultural y una marcada cohesión social” en palabras de Javier Espinosa Camacho, representante de Central de Fomento Indígena Raíces, AC.
Por ello, a fin de fortalecer las capacidades productivas de mujeres y hombres, impulsar la seguridad alimentaria, combatir la desnutrición y empoderarlos económicamente, en 2015 dicha organización realizó, en coinversión con el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), el proyecto Instalación granjas familiares de traspatio de gallinas ponedoras.
La organización proveyó a las y los integrantes de la comunidad con insumos necesarios para la producción y la cría de aves, a su vez que impartió capacitaciones para desarrollar habilidades individuales y grupales en el manejo higiénico y sustentable de granjas avícolas para el autoconsumo de alimentos ricos en proteínas (como carne de pollo y huevos frescos); y a su vez, en la producción de huevo de rancho de calidad a bajos precios y de manera permanente.
“Hay que transformar la vida de las personas, reforzando conocimientos, aptitudes y valores para que tengan la capacidad de incrementar el bienestar social al practicar el desarrollo y la inclusión productiva de manera eficiente, redituable y sostenible” comentó Javier Espinosa.
Actualmente se les da seguimiento a las 20 granjas familiares que se crearon durante 2015, de las cuales 17 beneficiarias son mujeres y 3 hombres, a efecto de favorecer el empoderamiento femenino.
Asimismo, la iniciativa llevada a cabo por la asociación, permitió promover y sensibilizar sobre el trabajo en equipo con equidad y perspectiva de género; mejorar la autoestima y valores; y construir nuevas masculinidades, lo que deriva en el ejercicio de derechos como la igualdad de oportunidades y la creación de empleo justo para mujeres y hombres.