MORELIA, Mich., 25 de febrero de 2020.- Al menos seis de cada 10 mujeres, de entre 15 y 29 años de edad, que utilizan el servicio de transporte público en su modalidad de combis, han sido víctimas de violencia sexual, más de la mitad de ellas por parte de adultos mayores y principalmente durante la tarde.

Los resultados de una encuesta realizada por la Secretaria de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de la Mujer (Seimujer) mostraron que las rutas de las combis no han tomado en cuenta los lugares en los cuales existe una mayor incidencia delictiva con la finalidad de implementar una serie de estrategias que les permitan no sólo tener seguridad para las unidades sino para las personas que viajan en éstas también.

Las zonas que los choferes de las combis identificaron como peligrosas son: Solidaridad, Eduardo Ruíz, El Realito, Lagos I y II y Punhuato Tierra y Libertad, Soledad, Ventura Puente, López Mateos, Santa Fe, Satélite, 3 de agosto, Carrillo Puerto, Villas del Pedregal, Hacienda del Sol, Centro y Chapultepec. En estas colonias, mencionan, no hay mecanismos de seguridad pública a lo largo de los trayectos.

La violencia sexual contra las mujeres es hacia diversos grupos de edad: de 15 a 29 años principalmente, seguida de las de 30 a 44 años y también de 45 a 59 años, con menos frecuencia, pero también son agredidas las de más de 60 años.

Las mujeres que más abordan las combis son estudiantes ya sea de licenciatura u otros niveles, pero hay una gran diversidad de diversos niveles educativos, quienes se desempeñan en su mayoría como empleadas con un 42.5% y otras son estudiantes con un 31.8%; siendo que un alto porcentaje 66.8% de las encuestadas son solteras.

Las mujeres encuestadas son residentes en su mayoría del municipio de Morelia, y utilizan el transporte todos los días, 45.3%, por lo que el 54.7% señaló que se siente regularmente segura en el transporte y utiliza principalmente la ruta Gris.

Sin embargo, 6 de cada 10 mujeres encuestadas han sido sexualmente agredidas al menos una vez en la combi durante el trayecto.

Las agresiones que han vivido resultaron de la siguiente manera: el 33.6% fueron miradas incómodas e insistentes, el 14.5% fueron tocamientos hacia alguna parte del cuerpo, el 10.7% fueron roces de los genitales del agresor contra su cuerpo, el 5.1% recibió piropos y palabras obscenas, el 3.3% mostro sus órganos sexuales; mientras que el 30.8% restante contestó que la grabaron mientras que el agresor se masturbaba, o recibió amenazas mientras le decían palabras obscenas y se tocaba de manera insinuante; les hacían preguntas incomodas y muy personales; le tocaron las piernas y también están las que nunca han sido agredidas con un 2%.

Regularmente las mujeres son agredidas cuando van solas hasta en un 49.1%, mientras que el 29.4% iba acompañada. 6 de cada 10 señalaron que han visto a mujeres ser agredidas sexualmente.

Las agresiones, señalaron las mujeres encuestadas, se dan en horarios de 14 a 16 horas, es decir cuando salen del trabajo o de la escuela con un 17.3%, seguido del 14% que señaló que de 17 a 19 horas.

Las agresiones sufridas por las mujeres señalaron que el 57.5% fue un hombre adulto mayor, seguido de un 12.6% un hombre joven, el 3.3% fue el chofer, otro 3.3% señala que fue el ayudante del chofer, el 2.8% un hombre adolescente, 1.9% un adulto mayor, 1.4% no alcanzo a darse quien la agredió, el 13.6% no aplicó, pero el 3.6% fue agredida por el chofer, el usuario y hombres de diversas edades.

Aunado a esto se les preguntó si el chofer se dio cuenta, precisando las encuestadas que el 50.5% de las veces el chofer no se dio cuenta, el 12.6% si se dio cuenta, el 16.4% tal vez sí. Lo cual puede ser indicativo de que está normalizada la violencia sexual contra las mujeres, aunado a esto el 68.2% de las mujeres encuestadas señalaron que no ayudó nadie cuando vio la agresión, solo el 7.5% señaló que sí y el 1.9% que tal vez intentaron hacer algo, pero no lo consiguieron.

Mientras que, para defenderse de esa agresión, señalaron el 25.7% que lo ignoraron, el 22.9% se cambió de lugar, el 15.4% se bajó de la combi, el 6.1% señaló que no pudo hacer nada, el 2.8% gritó, el 7% se defendió sola, el .3% pidió ayuda, el 1.4% golpeo al agresor y el 6.1% no pudo hacer nada.

Por lo anterior, y derivado de los hallazgos encontrados y anteriormente expuestos, se considera que es un área de oportunidad que aún está a tiempo de ser corregida. Es por ello que se presentan a continuación las estrategias que se consideran idóneas a implementar.

A corto plazo: Establecer un segundo ciclo de capacitaciones en el cual se profundice acerca de la violencia sexual en contra de las mujeres, y en el que se recalque que es un delito sancionable y que puede ser prevenido.

Acordar con las rutas de los choferes de las combis, los mecanismos más factibles que puedan implementar para prevenir las agresiones sexuales en las combis; integrar una mesa de trabajo para prevenir la violencia contra las mujeres en las rutas de las combis en la que se convoque a la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán, en función de establecer acciones de coordinación para la prevención de este fenómeno, señalando aquellos lugares en donde existe un latente riesgo para las mujeres.

A mediano plazo: Instrumentar una segunda campaña de sensibilización sobre la violencia contra las mujeres, con la finalidad de prevenir la violencia sexual en las unidades del transporte público. El contenido de ésta debe de ser reeducativo, disuasivo e informativo respecto de las agresiones sexuales.

Establecer acuerdos con los transportistas para la asignación de unidades de transporte público destinadas únicamente a mujeres y, si es el caso, con sus hijas y/o hijos, esta estrategia debe de obedecer a los horarios en los que se registró un mayor número de agresiones contra mujeres, esto es de siete a diez de la mañana y de dos a ocho de la noche.

Deben de evaluarse las condiciones con las que cuentan los transportistas, en función de, gradualmente, establecer unidades exclusivas para mujeres en todo el horario del servicio.

Asignar lugares y claves de seguridad entre el chofer y la víctima para ponerla en un espacio seguro de la combi.

Bajo la figura del arresto civil, contenido en el párrafo quinto del artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el chofer, como responsable de la unidad de transporte público, debe de asegurar al victimario y ponerlo a disposición de la autoridad más cercana (policías) para que se le detenga de manera formal.

A largo plazo: establecer paradas de abordaje seguro para las mujeres donde se coloquen botones de pánico; asignar en horarios nocturnos y en horarios de 5 a 7 de la mañana traslados seguros solo para las mujeres.

Crear un mecanismo de certificación para los choferes de las unidades de transporte público, así como para las rutas que emprendan mecanismos de seguridad para las mujeres, a las que se les distinga con un logo de que dicha unidad es segura y libre de violencia para las mujeres.

Diseñar una política pública integral en materia de transporte seguro para las mujeres, en donde se puedan considerar los siguientes elementos: mecanismos de prevención y regulación de identificación de los choferes de las rutas de las combis; coordinación preventiva entre las rutas y el área de prevención del delito de la Secretaría de Seguridad Pública; y protección a la víctima a través de claves y traslado a paradas seguras en donde haya presencia de una unidad de la policía especializada en prevenir y atender la violencia contra las mujeres.