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APATZINGÁN, Mich., 22 de octubre de 2016.- En el Congreso del Estado, la tribuna pasó a ser púlpito, desde donde el sacerdote Salvador Carrera Pulido dio la bendición de Dios a los integrantes de los tres poderes del estado de Michoacán, quienes la recibieron con algarabía.
“Permítanme concluir deseando la bendición de Dios para todos, su familia y su trabajo, al cabo que, como decía una persona muy mayor, si bien no les hace, pues mal tampoco”, lanzó el clérigo desde la tribuna del Poder Legislativo del Estado.
Carrera Pulido fue el representante de la Casa Hogar Emaús para recibir de manos del gobernador Silvano Aureoles Conejo, la condecoración Constitución de Apatzingán que otorga el Poder Legislativo a quienes han contribuido al fortalecimiento, promoción o defensa de los derechos humanos, como lo hace esa institución de asistencia privada.
Esa fue la razón por la que el sacerdote usó la tribuna legislativa para hablar de las personas que habita fuera de los hospitales como una herida social muy profunda no solamente en nuestro estado, sino en todo el país, pero el hecho de ser un problema tan extendido no dispensa afrontarlo con la mayor solicitud posible.
“Es muy fácil pensar que el problema se resolvería construyendo un albergue junto a cada hospital, pero la solución no sólo está ahí, la solución al problema, desafortunadamente, no consiste solamente en poner un
techo y conseguir despensas y ropa para repartir, porque la dificultad radica en el cuidado y la atención de las personas que necesitan este beneficio”.
Desafortunadamente, advirtió, siempre donde hay dolor y adversidad, también existen personas que engañan, y fuera de los hospitales está latente el riesgo de que algunos se confundan entre la gente buena y se hagan pasar como familiares de enfermos sin serlo, para recibir beneficios directos como dinero, ropa, comida o la compasión de la sociedad.
El problema, indicó, es muy grave, por una parte crear albergues sin atención especializada añade un problema más a los que ya existen, por otro lado, dar ayudas directas sin ningún criterio, sólo porque las personas están apostadas afuera de un hospital, aumenta el riesgo del engaño y la presencia de personas vividoras y abusivas que ponen en riesgo la vulnerabilidad de los inocentes, lastiman las buenas intenciones y crean desconfianza social.
Por ello les dijo a los representantes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial que agradecía el reconocimiento a nombre de la fundación y que era tan importante como los donativos que necesitan, las oraciones y las muestras de aliento y benevolencia que muchas personas tienen con ellos.