MORELIA, Mich., 20 de junio de 2016.- Trastornos del sueño como insomnio, llorar, gritar o patalear mientras duermen, disminución para percibir olores, depresión y estreñimiento son tan solo algunos de los síntomas con los que, generalmente, comienza la enfermedad de Parkinson, padecimiento que ocupa el segundo lugar en frecuencia dentro de las enfermedades neurológicas, comentó Karla Salinas, médico especialista en neurología.

 

De acuerdo a información de un comunicado, los también llamados síntomas no motores –de acuerdo con la experta- suelen presentarse lentamente, e incluso “pueden transcurrir hasta ocho años antes del temblor o lentitud de los movimientos (síntomas motores); no obstante, estas primeras “señales” afectan las actividades cotidianas del paciente mucho antes de ser diagnosticados”, alertó la doctora Salinas Barboza.

 

La depresión, por ejemplo, se presenta hasta en un 40% de los pacientes, “mientras que otros síntomas como la nicturia (despertarse para orinar frecuentemente por las noches), se llega a encontrar hasta en el 85% de las personas”, refirió.

 

Sin embargo, el 65% de los pacientes no comenta estos síntomas no motores al médico, aclaró la también especialista en Parkinson y Trastornos del movimiento: “Por vergüenza no comparten los síntomas como la alteración del sueño o el estreñimiento. Es cuando aparece el temblor o rigidez que acuden con el doctor.”

 

En este sentido, la neuróloga detalló que los síntomas no motores se manifiestan en etapas tempranas de la enfermedad y, asegura, “diagnosticados a tiempo podrían modificar el rumbo del padecimiento, mejorando la calidad de vida del paciente”.

 

Ante este panorama, la especialista recomendó acudir al neurólogo cuando se presenten los primeros síntomas no motores, y aclaró que se requiere de un tratamiento integral, con diversos especialistas, para tratar el Parkinson, debido a la variedad de la sintomatología.

 

Finalmente, la neuróloga señaló que tanto los pacientes como sus familiares deben ser asesorados sobre la enfermedad ya que “el apoyo e interacción con otras personas que también tienen el padecimiento tiene efectos positivos, aunado a que un tratamiento oportuno ayuda a minimizar los efectos a largo y a corto plazo del Parkinson”.