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MORELIA, Mich., 02 de octubre de 2016.- Ocurrió el último día de del mes patrio. Primero fue un Renault Clio gris. Eran como las seis de la tarde, el lugar donde paró fue a unos cincuenta metros después de que un neumático se le reventara. El culpable: un enorme bache con una profundidad igual de enorme.
Tras hacer sus corajes, el conductor se bajó a revisar los daños y tuvo que cambiar la llanta por su refacción, que por fortuna tenía lo aire.
Pasaron algunas horas en las que diferentes conductores sortearon el obstáculo en el asfalto, unos con más pericia que otros, aunque en ese momento ninguno registró daños en neumáticos.
Ahí seguía impune el bache, en la lateral de la calzada La Huerta, justo antes de pasar el semáforo de la avenida Cosmos, donde está Pensiones Civiles del estado.
Cerca de la medianoche le tocó a un Neón. Tras pasar el semáforo en verde, el conductor no pudo ver el cráter. Cincuenta metros más adelante, en el mismo lugar donde casi seis horas antes había quedado un Clío, paró su marcha con la llanta rota, el bache lo había hecho otra vez.
Un vigilante de la zona dijo que el semáforo ya llevaba así como un mes, “si pasan todos los días por aquí, no entiendo cómo no se lo saben ya, quién sabe cuántas llantas se han chingado ahí, ya son muchas” dijo, viendo el percance desde lejos.
Este sábado hubo un cambio; algún buen samaritano colocó un señalamiento en color amarillo con blanco, un tubo que salía desde sus entrañas y anunciaba su presencia, eso evitó que los vehículos siguieran cayendo.
Para este domingo, el tubo amarillo y blanco fue sustituido por piedras molidas, con lo que su peligrosidad bajó. Pudiera parecer sólo un paliativo.
Y como si de una maldición volcánica se tratara, unos 10 metros adelante, otro cráter ha empezado a formarse…