MORELIA, Mich., 21 de febrero de 2018.- El año pasado, cuatro elementos del área de Sectores de la Policía Michoacán acudieron a un servicio en el Sector 8; el dueño de una tienda de abarrotes de la colonia Primo Tapia Oriente denunció haber sido víctima de un robo, como consta en la carpeta de investigación del caso 476/2017.
El sospechoso: Francisco R. V., quien se había dado a la fuga con dirección a la colonia División del Norte y que era perseguido en un vehículo por el hermano del propietario de la tienda.
A los pocos minutos, los oficiales José Eduardo, Ricardo, José Lois y Osvaldo arribaron a la calle de Maclovio Herrera, esquina con Teniente Coronel Felipe Páramo, a bordo de la patrulla 3161.
Al llegar, fueron recibidos por el hermano de la víctima de robo. Les informó que el sujeto se había metido a un domicilio de la calle Maclovio Herrera, hecho que fue confirmado por los vecinos. Una mujer de nombre Ana, y que conocía a Francisco R. V., pidió el apoyo a las autoridades porque Pancho, como le llamaban los vecinos, se había metido en su casa y traía un cuchillo.
Los oficiales comenzaron la búsqueda, lo mismo que agentes de seguridad privada del agrupamiento Halcón. Durante la persecución, Pancho se metió en otras dos casas contiguas, brincando por la azotea, y en uno de los hogares abandonó el arma blanca.
También, en la búsqueda hubo detonaciones, que hasta la fecha se ignora de dónde provinieron, pero que alertó a los oficiales y los hizo suponer llevaba también una pistola.
La persecución se sostuvo por escasos minutos, porque al llegar la hermana de Pancho, éste salió del hogar marcado con el número 172 de la calle Maclovio Herrera. Acto seguido, un oficial con pasamontaña le disparó en cinco ocasiones.
La secuencia de la muerte advierte que Pancho salió dispuesto a entregarse, con las manos abajo, sin armas a la vista. Sin embargo, cuando le piden se entregue, la víctima intenta correr, situación que aprovecha el oficial para disparar. En el vídeo grabado por los vecinos se escuchan 13 disparos, pero en el lugar solo cinco aparecieron, cuatro fueron a dar a la pared de una de las casas y uno en el dorso de Pancho, bala que lo mató.
Los datos de prueba recabados entonces, y hechos públicos en la audiencia de formulación de imputación, advierten que solo un oficial disparó: Osvaldo C. S., tripulante de la patrulla 3161, quien había tomado un rifle calibre .223 que no era suyo, sino de otro compañero con el que iba y al que le confesó haber disparado.
El vídeo
Luego de la muerte del presunto criminal, la familia hizo público el vídeo a nivel nacional. La comunicadora Denisse Maerker lo presentó en el noticiero principal de Televisa, y ante la presión de la prensa nacional y organismos de derechos humanos, las investigaciones se intensificaron por parte de la Fiscalía de Delitos de Alto Impacto.
Por ello, hace seis días las autoridades de la Procuraduría General de Justicia de Michoacán anunciaron con comunicado oficial la detención de un sospechoso: Óscar René Martínez Colín. Empero, no había suficientes elementos para su detención, como este miércoles concluyó el juez Ariel Montoya.
No obstante, fue detenido el Comandante René, pero su defensa expuso a los abogados de la Fiscalía por inducir los testimonios de las víctimas indirectas y no informar al juez de las fallas en los peritajes. Es decir, se movió un gran aparato de peritos, policías investigadores, médicos forenses, criminalistas, peritos en fotografía, especialistas en la escena del crimen, entrevistadores y ministerios públicos, pero no se pudo detener al culpable.
El principal sospechoso, según lo documento los expertos en la carpeta 476/2017, es un oficial de nombre Osvaldo C. S., que es reconocido como imputado por la Fiscalía, pero que no ha sido localizado.
El asesinato de Francisco R. V. ha sido resuelto por las autoridades. Se documentó la muerte, el momento preciso en que fue asesinado quedó para la posteridad en un vídeo, pero no ha habido justicia para sus dolientes. El culpable no ha sido detenido. De su muerte solo quedan cuatro tiros en la pared de la casa donde exhaló su último aliento.